Catedral de León. Portada de la Virgen del Dado

Puerta de la Virgen del Dado

Puerta de la Virgen del Dado, situada en la fachada norte.

Aunque las tres puertas de la catedral servían para llamar a los fieles de la ciudad (hoy en día solo la puerta oeste y previo pago de la entrada), la puerta norte estaba destinada a ser la entrada de los canónigos, ya que en esa dirección se encontraban todas las casas que pertenecían al cabildo.

Se trata de un conjunto no visible desde el exterior. Es preciso salir del el interior hacia el claustro.

En el primer proyecto la catedral no tenía claustro. Es entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV cuando se levanta el claustro adosado a su fachada norte, lo que hara que la Puerta de la Virgen del Dado quede resguardada de las inclemencias del tiempo y podamos hoy disfrutar (más después de la gran restauración realizada  en el 2017) de la policromía con que se decoraban las fachadas en la época medieval.

Consta de una sola puerta denominada de la Virgen del Dado, realizada durante los primeros años del siglo XIV. En su elaboración intervinieron varias maestros sobresaliendo el llamado Maestro de la Anunciación, muy relacionado con los talleres burgaleses. En 1506 León Picardo realizó la policromía que como dijimos fue restaurada durante el 2017.

En el parteluz, la Virgen María con el Niño.

El tímpano muestra una estatua de Cristo en pie, dentro la mandorla y rodeado por ángeles, que a su vez lo están por el tetramorfos. En las jambas estatuas de apóstoles.

El nombre de la 'Virgen del Dado' proviene de la leyenda en la que un soldado de los Tercios de Flandes, que se recogía tras una noche de pérdidas en el juego, al paso por la puerta norte y en un arrebato de rabia, lanzó los dados contra la puerta que rebotaron, dando en la cabeza del Niño Jesús que empezó a sangrar milagrosamente.

Arrepentido, el soldado acabaría ingresando como religioso en el Convento de San Francisco.

La Virgen esboza una leve sonrisa.

La Virgen coronada aparece en pie, sujetando a su hijo en el brazo izquierdo, mientras con la mano derecha sostiene una rosa.

Viste túnica azulada estampada con estrellas al igual que su hijo.

El Niño sujetado por su madre adopta una postura totalmente ajena a la que sería natural (rígido hieratismo), más bien pareciendo que estuviera sentado en un banco.

En su mano izquierda sujeta el libro cerrado, mientras con la otra bendice.

Cristo en pie, dentro la mandorla y rodeado por ángeles, que a su vez lo están por el tetramorfos.

Claustro de la catedral con el hastial norte.