Recordemos que el termino normando se aplicaba a aquellos "hombres del norte" (vikingos) que ocuparon el noroeste de Francia (Normandía) y que se extendieron por Inglaterra, la parte sur de Italia y la isla de Sicilia.
Santa Maria dell'Ammiragli es también conocida como la Martorana, nombre heredado del colindante convento fundado en el año 1194 por doña Eloisa Martorana.
Iglesia de San Cataldo.
El campanario se compone de cuatro cuerpos cuya altura se va reduciendo progresivamente. Los primeros dos cuerpos se remontan al siglo XII. El tercer cuerpo y el cuarto fueron añadidos en el siglo XIV. Bajo el campanario hay un pequeño pórtico en el cual, a consecuencia de la reforma de 1588, se halla el portal principal.
Dos estilos bien definidos. El de su origen con mosaicos puramente bizantinos y arabescos y el de su reconstrucción, decorada según los cánones del barroco tardío (siglo XVIII), que se reconoce por sus frescos.
El centro la cúpula, Cristo Pantocrátor rodeado de ángeles adoradores.
Todo el conjunto sobre un fondo dorado, símbolo de la gracia divina.
Cuatro bóvedas azules, con estrellas, que representan el firmamento, rodean a Cristo Pantocrator.
Es en el suelo de la iglesia donde podemos ver los mosaicos árabes, con temas decorativos de carácter geométrico, creados con piedras y mármol rojo y verde, sobre un fondo de mármol blanco.
Frescos barrocos.
De nuevo pasando por Fontana Pretoria.
Catedral de Monreale
Hace tres meses desconocía la existencia de una población siciliana llamada Monreale, en cuyo interior, oprimida entre pequeñas casas, se levanta una impresionante catedral: La Catedral de Monreale.
La historia de la Catedral de Monreale viene de largo, cuando en 1172 Palermo y su obispo habían conseguido una posición tan dominante que el rey Guillermo (normando) se vio en la necesidad de levantar una iglesia rival con palacio y monasterio en Monreale.
Hacia 1182 la iglesia ya estaba levantada y hacia 1200 se termina el claustro.
Como he dicho, desconocía la existencia de Monreale, de su catedral y de los impresionantes mosaicos que recubren las paredes y cúpulas de su interior, destacando especialmente el Cristo Pantocrátor, situado en la cabecera central.
Todo un desconocimiento que me permitía vivir feliz en mi ignorancia, hasta que hoy, 11 de marzo de 2024, enterado ya de su existencia, en la población de Monreale y en el medio de la nave central de la catedral, encuentro las naves laterales, y ya casi la nave central, literalmente cubiertas de por un muro de andamios colocadospara su restauración.
Entiendo que si toca restauración ha de hacerse, pero el rebote que pillé no se pudo compensar con el Stendhalazo de la mañana. La vena del cuello se me hinchó, volví a la taquilla para que me devolvieran el importe de la entrada (que resulta que es gratis como todas la catedrales de Sicilia y lo que se cobra es el claustro y la subida a la torre), volví a la nave, saque una foto a lo poco que se podía ver y salí de la iglesia dando un soberano portazo.
La Catedral de Monreale, al igual que todas las catedrales de Sicilia, reúne gran variedad de estilos, debido a la diversidad cultural que pobló estas tierras.
Su cabecera, con arcos de reminiscencias islámicas, resulta complicado de disfrutar debido a la estrechez de sus calles, donde se apelotonan pequeñas casas.
Cabecera de la Catedral de Monreale.
Difícil disfrutar de esta maravilla sin producirse un esguince cervical.
Claustro de Santa Maria la Nuova.
Es uno de los 12 monumentos sicilianos (Palermo, Monreale y Cefalù) que han sido declarados Patrimonio de Humanidad por la UNESCO.
Las esculturas que decoran sus capiteles son uno de los más destacados ejemplo del Arte Europeo del siglo XII.
Todo el conjunto fue construido por voluntad del rey Guillermo II de Sicilia y entregado a los Benedictinos que vinieron a Sicilia desde Cava de Tirreni (provincia de Salerno), en aquel entonces uno de los centros espirituales y culturales más importantes del sur de Italia.
Piazza Guglielmo II.
Desde esta plaza vemos el pórtico principal de la catedral (estilo neoclasico).
Junto a este se elevan dos torres, una de ellas (la más pequeña) inacabada.
El acceso a la catedral se realiza por una de las naves laterales.
El Claustro Benedictino a vista de pájaro, mientras recorremos las alturas de la catedral.
El recorrido está bien, pero nada que ver con el de las torres de la Catedral de Palermo que vimos esta misma mañana.
Claustro.
Vista panorámica hacia la ciudad de Palermo.
Un detalle de los arabescos de la cabecera.
Entramos al interior de la catedral.
Los andamios se levantan en las naves laterales hasta las cúpulas y unas lonas impiden la visión.
Podría decirse que aún llegamos a tiempo. Los andamios de la nave central están a medio poner, aún es posible ver la figura del Cristo Pantocrator.
Pero muy alejado!!!! y entre un mar de andamios!!!!
La Catedral de Monreale tiene unos 102 metros de longitud, lo que permitió que en sus muros se pudieran narrar con una exquisita calidad más de cuarenta episodios del Antiguo Testamento
Podemos apreciar en esta parte del muro la secuencia de la creación del hombre y la mujer en las figuras de Adán y Eva, así como la famosa serpiente en actitud tentadora (muy similar a los mosaicos que vimos esta misma mañana en la Capilla Palatina).
La Catedral de Monreale es un claro ejemplo del arte bizantino, donde se aleja del planteamiento de la tradición clásica (griegos y romanos) hacia obras de arte de contenido religioso con representaciones bidimensionales (en un espacio plano, los iconos y mosaicos bizantinos no tienen fondo)
Me acerco lo más que puedo y hago una foto.....
antes de abandonar la catedral dando un portazo.
12 de marzo de 2024
Milazo
A Milazo llegamos ayer, a ultima hora con el propósito de tomar el ferry de mañana que nos llevaría hasta la isla de Stromboli.
Cambio del tiempo meteorológico, nubes y fuerte viento que se encarga de levantar tanto oleaje como para que decidan suspender el ferry Milazo - Stromboli durante los próximos días.
Momento en que nos enteramos que el ferry a Strómboli había sido suspendido.
La aventura del Strómboli finalizaba antes de comenzar.
Adiós a la aventura del Strómboli.
Milazo.
Milazo.
Siracusa, Isla de Ortigia.
Dice mi guía que Siracusa fue la ciudad más grande del antiguo mundo griego, emulando a Atenas, Cartago y Roma, que conserva vestigios impresionantes de su pasada grandeza.
Como uno sabe que se tiende a arrimar el ascua a su sardina, tiendo a pensar que el escritor pudiera ser hijo del lugar y no lo suficientemente imparcial.
Poco acertado le veo al autor cuando proclama: Sus ruinas, perdidas en la exuberante vegetación y acariciadas por la luz de un cielo siempre claro constituyen un solemne y majestuoso espectáculo.
Las nubes cubren aún Siracusa cuando arribamos a su puerto y una potente chaparrada arruina un pequeño paseo en barco por la isla.
Ortigia es el islote ocupado hoy en día por la parte más antigua de la Siracusa moderna, a la cual se accede por dos cortos puentes.
Puerto de Siracusa.
Al frente la isla de Ortigia.
Paseando por la Siracusa más actual.
Limpia y ordenada, nada que ver con Palermo.
Ortigia, donde se sitúa la ciudad antigua de Siracusa es una isla.
Ponte Umbertino, uno de los puentes de entrada a Siracusa.
El otro puente; Ponte Sta. Lucia.
Ante el Templo de Apolo.
Llueve y tenemos hambre, el templo queda para más tarde.
Callejeando por las estrechas calles de Siracusa.
Piazza del Duomo.
Hemos ido recorriendo estrechas calles, entendiendo que tiene que ser así para meter una ciudad en un espacio poco mayor de un kilómetro cuadrado, cuando la luz y el espacio se abre de repente ante la Piazza del Duomo, la plaza de la catedral.
Catedral de Siracusa.
Piazza del Duomo.
Reconstruida en estilo barroco tras el terremoto de 1963. En ella destaca la Catedral de Siracusa que luce una fachada barroca.
En la plaza también encontramos el Palazzo Municipale (barroco siglo XVII), la Iglesia de Sta. Lucia alla Badia y el Palazzo Beneventano del Bosco.
Fachada barroca de la Catedral de Siracusa.
El interior de la iglesia majestuoso, pero simplón, hasta que topamos en la naves laterales con esto:
Siempre suelo repetir una frase que escuche hace años; que no hay mejor cantera que la iglesia vieja.
Los arquitectos de la Catedral de Siracusa bien la tendrían aprendida. No utilizando la piedra del templo dórico que los griegos levantaron en honor a la diosa Atenea en Ortigia (430 a.C.). No, no les dio por utilizar su piedra, levantaron su catedral utilizando la estructura del templo dórico.
Columnas dóricas sobre las que se soporta la Catedral de Siracusa.
Contracabecera.
Catedral de Siracusa, finales del siglo XVI y principios del XVII.
Plano de la Catedral de Siracusa.
Fotografiando a unas amigas coreanas.
Iglesia de Sta. Lucia alla Badia.
Detalle del muro exterior donde se ven las columnas dóricas del antigua Templo de Atenea.
Una nueva imagen de la fachada principal de la Catedral de Siracusa.
Y de la Piazza del Duomo.
Recordando que Ortigia es una isla.
Con calles estrechas.
Y balcones que recuerdan su esplendor.
Al sur de la isla, el Castello Maniace (no entramos).
Alado sin cabeza, obra del escultor polaco Igor Mitoraj.
Cala Rossa, la marea alta apenas deja playa.
Uno de los primeros templos construidos por los griegos en Siracusa (principios del siglo VI a. C.), en un estilo dórico que es el más antiguo de Sicilia. Se conoce que fue levantado en honor al dios Apolo por la inscripción que aparece escalón más alto del lado oriental.
Restos de las columnas (6 en los lados cortos y 17 en los largos), rechonchas y estrechas, dan testimonio de la arquitectura arcaica del templo, construido en la característica piedra local de color amarillento, llamada giurgiulena.
Santuario de la Virgen en Siracusa.
Estés donde estés, no puedes dejar de ver una cúpula cónica que surge entre los edificios de la nueva Siracusa.
Al final de la tarde, como estaba cerca de nuestro hotel decidimos acercaros hasta ese edificio moderno, con forma de cono invertido que representa una lágrima (en recuerdo del milagro ocurrido en Siracusa en 1953 donde una imagen de la Virgen en un cuadro de yeso comenzó a llorar).
Anterior del Santuario de la Virgen en Siracusa.
13 de marzo de 2024
Siracusa, Parque Arqueológico de Neápolis
Al este de la ciudad nueva de Siracusa, en un amplio recinto, donde el verde es el color imperante, se encuentra el Parque Arqueológico de Neápolis.
Neápolis es el nombre de distintas ciudades, de origen griego, que significa "ciudad nueva", un distrito de la antigua ciudad siciliana de Siracusa, hoy yacimiento del Parque Arqueológico de Neápolis.
La Neápolis cuenta con dos zonas bien diferenciadas; la parte donde se encuentra el Anfiteatro Romano y la parte donde se encuentra el Teatro Griego. Y entre ambas, un sendero peatonal unidireccional que las une, además de llevarnos por la vieja cantera donde extrajeron el material para sus construcciones.
Anfiteatro Romano
Había leído y visto fotos de este teatro expoliado, donde las hiervas se comían sus restos.
Hoy es bien distinto. Las ruinas del anfiteatro aparecen como un recinto muy cuidado, donde la piedra luce entre un tupido manto verde (otra cosa será en pleno verano).
Pero (siempre hay un pero) no se puede acceder al interior del anfiteatro.
Anfiteatro de Siracusa, perteneciente a la edad imperial (siglo III d.C.).
Con forma elíptica tiene un tamaño de 140m x 119m .
Se observan dos arcadas: la norte y la sur, que eran las que servían para dar paso a los gladiadores y a las fieras.
Las "esculturas rotas" de Igor Mitoraj se cuelan en la Neápolis.
El sendero circunvala el anfiteatro, siendo desde las posiciones sur donde se tienen mejores vistas y desde donde podemos apreciar las verdaderas dimensiones de la cávea.
Las gradas estaban divididas en tres franjas horizontales, con escaleras para poder acceder a los mismas. La primera franja estaría excavada en la propia roca y únicamente las partes más altas tendría asientos con piedra añadida. En la parte superior de las gradas el anfiteatro acababa con un pórtico de columnas.
La entrada principal (la sur) tenía una boca de entrada más grande para que pudieran acceder los carros para los espectáculos de cuadrigas.
El deterioro de las gradas es debido al uso de las piedras como cantera para realizar las iglesias en época cristiana y la fortificación del bastión de Ortigia en el siglo XVI por parte de los españoles.
Una foto para el recuerdo.
En la arena se puede contemplar, al descubierto, los orificios excavados que se cubrían con un entarimado de madera y servían como acceso subterráneo a la arena .
Altar de Hierón II
Hierón II fue un rey de Siracusa que gobernó en el 265 a. C.
El Altar de Hierón es un antiguo altar de sacrificios dedicado a Zeus. Sorprende por su tamaño, con casi 200 metros de longitud, en donde se llegaron a sacrificar más de 400 toros a la vez en un acto público.
Hoy del Altar de Hierón solo queda el zócalo.
Altar de Hierón.
La Oreja de Dionisio
Es una cueva artificial, surgida en la cantera de donde se sacaba la piedra para los distintos edificios.
Con una entrada de 23 metros de altura y 65 de profundidad, tiene la peculiaridad de tener una gran acústica (Dionisio ordenaba encarcelar allí a sus enemigos y aprovechando su acústica, escuchar sus comentarios).
La antigua cantera de piedra.
Las latomías
Las latomías son cuevas artificiales creadas por la explotación de las rocas calcáreas como canteras, que posteriormente fueron usadas como prisiones.
Llámalo latomías, llámalo Médulas, a los romanos no se les ponía nada por delante)
La Oreja de Dionisio.
La Oreja de Dionisio.
Teatro Griego
Parece que en Siracusa ya existió un pequeño teatro en el siglo V a.C. pero no esta claro que el existente en la Neápolis se asiente sobre las ruinas de ese antiguo teatro.
El de la Neápolis tuvo su origen en el siglo III a.C. y será renovado en la época romana.
Excavado directamente en la roca de la colina, es uno de los teatros greco-romanos más grandes y mejor conservados del mundo.
Con 140 metros y 67 filas de gradas, tenía una capacidad para 16000 espectadores (recordemos que el de Segesta tenía para 3000). Actualmente hoy solo se conservan 46 filas de gradas.
En la parte superior se encuentra la Vía de los Sepulcros, excavaciones en la roca (con forma de cuevas) que pudieron ser enterramientos en la época bizantina.
Desde uno de sus miradores. Se ve un teatro grande, muy grande. Tanto que aparenta ser una inmensa parábola diseñada para recoger los rayos del sol y enviarlos a cualquier agujero negro.
Una gran decepción al no poder caminar entre sus gradas y en cambio ver como las viejas piedras son recubiertas por tubos y maderas para hacer prácticos asientos y monetizar más si es posible el espacio.
Teatro Griego de Siracusa.
Vía de los Sepulcros.
Vía de los Sepulcros.
Desde esta posición se llega a ver el mar.
Pero estamos demasiado alejados del teatro.
APRÉTALO CON LA GRIFA!!!!!!
Dando unos buenos consejos (que nunca vienen mal) a los obreros que se afanan en llenar el espacio de la orchesta de tubos.
Villa Romana de Casale
A diferencia de la Catedral de Monreale (que no conocía hasta que comenzamos a preparar el viaje), de la Villa Romana de Casale si había oído hablar (en alguna de las visitas a la Villa Romana de la Olmeda -Palencia- citaban a la de Casale como la mayor colección de mosaicos en una villa romana).
Entraba al recinto con ánimo de comparación, pero sin duda los mosaicos de Casale ganarían por goleada. Por el tamaño de la villa, los recintos, las habitaciones y por la impresionante cantidad y calidad de sus mosaicos.
Si hubiera que añadir un pero, este sería la mala iluminación, con muchos reflejos (bien es verdad que nosotros la visitamos por la tarde y que tal vez de mañana sería mejor).
Piazza Armerina
Piazza Armerina no es una plaza, es la población cercana a la Villa Romana de Casale, a la que entramos antes de visitar la villa, con intención de comer.
Como cualquier población siciliana (italiana) sus calles están pobladas de monumentalidad.
Curioso, lo vimos en varias poblaciones, un tablón informativo para las esquelas (pegando una sobre otra y en algunas con gran grosor).
Algún cartón por el suelo, algún plástico, algunas colillas, pero nada que ver con la suciedad de Palermo.
Villa Romana de Casale
En el centro de Sicilia, a escasos 5 kilómetros de Piazza Armerina se encuentra la Villa Romana de Casale, un conjunto de varios edificios que allá por los siglos III y IV d. C. fue residencia de la aristocracia senatorial y que hoy es Patrimonio Universal por la Unesco por el conjunto y conservación de sus mosaicos.
Algún terremoto, unos corrimientos de tierra y la Villa Romana de Casale permanecerá enterrada (conservando sus tesoros) hasta unas primeras excavaciones en 1929 y posteriormente en 1935 sin apenas resultados.
Será el arqueólogo Gino Vinicio quien en 1950 retoma las excavaciones y descubre la villa. Sera él, basándose en el estilo de los mosaicos, quien la feche en la primera mitad del siglo IV. Posteriores estudios la sitúan entre los años 285 y 305 d.C..
Se estima que se tardó entre 5 y 10 años en sus construcción (hemos de pensar en el tamaño de las teselas y en los 3.500 metros cuadrados de mosaico, poniendo una a una).
La primera pregunta que nos hacemos (después de ver esa maravilla) es que coño hace una villa de esas dimensiones y con ese lujo añadido, en medio de la isla de Sicilia??????
La explicación la encontramos en la prosperidad que adquiere la isla en el siglo IV, con la expansión comercio de Sicilia (principalmente del grano necesario para alimentar a los ciudadanos) como puente entre las provincias de África y Roma y en segundo lugar por el abandono de caballeros y senadores romanos de la ciudad (a casusa de la creciente presión fiscal) hacia sus posesiones en el campo.
Los senadores empezaron a ocuparse de manera personal de la explotación de sus propiedades, requiriendo para sus comodidad, amplias y confortables mansiones, donde invirtieron grandes sumas de dinero.
Entrando a la villa, edificios destinados a calentar el agua.
Un pequeño salón, donde no solo se conservan los mosaicos del suelo. Las paredes aparecen con restos de la pintura original.
Cuerpo central de la villa, organizado en torno a un peristilo (patio rodeado por columnas) cuadrangular, con jardín y estanque en el centro.
Detalle de uno de los pasillos.
Detalle de los mosaicos.
Otra pequeña habitación.
Decorada con gran exquisitez. Tenemos que pensar que es el suelo.
Las teselas es lo más cercano a un píxel en la fotografía actual. Cuanto más pequeño más definición, pero más trabajoso a la hora de hacer un mosaico de este tamaño (aparte lo difícil que es realizar una composición de esas estando pegado al suelo y sin tener posibilidad de alejarse para ver el resultado).
Corredor de la Gran Cacería.
Es el mosaico más extenso. Se trata de un lago pasillo, de algo más de 65 metros, que separa la zona privada de la zona pública. El pasillo termina en ambos lados en dos ábsides.
A pesar de su nombre; de la Gran Cacería, el mosaico no representa unas escenas de caza, sino una gran batida para capturar animales salvajes, que irían destinados a los juegos de algún anfiteatro (ningún animal en la composición se ve abatido, se ve como son arrastrados hacia un barco).
Avestruces.
Embarcando un elefante.
Forcejeando con un toro (o un uro?).
Un tapir!!!!!
La Sala de las Diez Chicas
La más reconocida de toda la villa.
Llama la atención un grupo de chicas preparándose para los Juegos Olímpicos, vistiendo unas prendas que bien podrían confundirse con una presentación de una nueva colección de bikinis.
La escasa luz obliga a elevar el ISO, lo que con el consiguiente procesado para aclarara un poco la foto, esta parezca más un cuadro pintado con acuarelas que un mosaico (el contorno de las teselas desaparece).
Triclinio triabsidato.
Como entran en nuestra cabeza estos lugares? Qué es lo que esperan ver?
Ruinas.
Intento dejar a un lado esa visión, e imaginar cómo pudo ser este recinto en su inauguración. El brillo de sus mosaicos, su mobiliario, la decoración de sus paredes, sus techumbres.
14 de marzo de 2024
Con 3.342 metros, el volcán Etna es la mayor altura de la isla de Sicilia.
Desde el Refugio Sapienza no resulta una ascensión complicada (unos 1400 metros de desnivel y 16 kilómetros de distancia) peeeeeroooo, las condiciones meteorológicas, el tener que traer algo de equipo (por lo menos unas botas) y la obligatoriedad de contratar un guía, hizo que desestimáramos esta opción y nos conformáramos con ver el entorno desde una pequeña ruta circular entre pequeños cráteres por los alrededores del Refugio Sapienza.
Crateri Silvestri Superiore y Crateri Silvestri Inferiori desde el Refugio Sapienza
Reportaje fotográfico.
En las inmediaciones del Refugio de Sapienza.
Cima del Monti Calcarazzi (2058 metros).
Crateri Silvestri Inferiori.
Taormina
Qué mejor manera de gastar la tarde que acercarnos hasta la bella Taormina y buscar las últimas luces en la orilla del mar.
Taormina fue fundada (396 a.C.) por fugitivos huíos de la colonia de Naxos (isla del mar Egeo). Más tarde fue tomada por Dionisio de Siracusa en el 392. Ya en el 902 la destruyeron los sarracenos.
La vieja ciudad se recompuso y hoy se compone de una larga calle en la que desembocan estrechas calles laterales y en donde casas, iglesias y palacios se apelotonan disfrutando de espléndidas vistas al mar y a la montaña.
Goethe la llamaría "El paraíso en la Tierra", si bien es verdad que cuando pasó el escritor por estos lares no habría la profusión de turistas que hoy tiene.
Taormina.
Teatro Grecorromano de Taormina
Tengo que reconocer que el teatro de Taormina era el principal y único motivo que tenía en mente a la hora de visitar esta pequeña ciudad.
No era un nuevo teatro, ya que se supone según las guías (y todos los reportajes leídos) que el de Taormina es el teatro mejor conservado y en el que podrás disfrutar de las mejores vistas desde su gradas (el volcán Etna y el mar).
Las grandes expectativas son difíciles de mantener cuando ya llevas un buen empacho de obras grandiosas y bellas, cuando ya has sufrido un stendhalazo y cuando vas algo cansado. Que las nubes no te permitirán ver la silueta del Etna no favorece y que tengas la consideración que más que un turista eres un billete y que la estética del lugar no importe un carajo, como no importa que la mitad de la gradería se encuentre llena de tubos y maderas, y que el escenario hago lo propio con andamios y plásticos.
Teatro Grecorromano de Taormina.
Los expertos creen que comenzaron las primeras obras en la segunda mitad del siglo III. a. C.
El ladrillo entrará en la época de César Octaviano Augusto (31 a. C.-14 d. C.).
Con la invasión de los árabes comenzaron los expolios que continuaran hasta que comiencen las primeras búsquedas en el siglo XVIII.
En el siglo pasado se realizaron varias ampliaciones, hasta que en 1955 se llevó a cabo una restauración total.
Vista frontal.
Puta manía de urbanizar los monumentos!!!!
Que lo rehagan de nuevo, que pongan asientos individuales de plástico, que le pongan una cubierta y que se lo vendan a un grupo de inversores para hacer macrofiestas!!!!!
Desde la parte superior, bonitas vistas.
El Teatro Grecorromano de Taormina, entre la montaña y el mar.
Taormina.
Playas de Taormina.
A pesar de todo.... el conjunto resulta espectacular.
Palacio Corvaja.
El sol y la buena temperatura invitan a callejear por sus calles.
Piazza IX Aprile.
La antigua iglesia de Sant´Agostino es ahora la biblioteca pública.
Piazza IX Aprile.
Iglesia de Sant Giuseppe.
Torre dell'Orologio e Porta di Mezzo.
Piazza del Duomo de Taormina.
En Italia es difícil acceder a la playa. Más lo es desde Taormina por sus estrechas y retorcidas calles (y mucho más encontrar un lugar para aparcar).
15 de marzo de 2024
Catania
Se acerca el final del viaje.
La tarde anterior aparcamos el coche en las proximidades del hotel con intención de no volver a tocarlo hasta la partida.
Toca disfrutar plácidamente de Catania, de un capuchino con croissant en alguna terracita, mientras revisas los apuntes de "qué ver por Catania", de pasear por vía Etnea (girándose en cada esquina para encontrarse un Etna con aires invernales), de recorrer la vía Crociferi en la ruta de las iglesias y de rebuscar por intrincadas calles para descubrir tras un portón el Antiguo Teatro Romano.
Pocos días, los suficientes para una toma de contacto con una Sicilia actual, con su pasado que perdura en forma de piedra (siempre la piedra) y con las originalidades de cada época, de cada cultura, que nos sorprende y embelesa, dejándonos esa sonrisa bobalicona que tanto necesitamos.
Catania suponía el relax, el final del viaje.
No había prisa y la temperatura era la ideal para disfrutar tu capuchino, a primera hora, en una terracita de Vía Etnea, mientras veías pasar a la gente camino de sus ocupaciones.
Suelo negro (roca volcánica) y cielo azul para resaltar la grandeza de sus edificios (que muchos necesitarían una mano de pintura).
Vía Etnea.
Y cada poco girándose para ver al Etna.
Basilica della Collegiata.
Piazza Universitá (al frente el edificio de la Biblioteca Regional).
Piazza del Duomo.
Fontana dell'Amenano
El mercado del pescado
El tronar del agua de Fontana dell'Amenano no impide escuchar un griterío propio de alguien que acaba de perder a un familiar muy querido.
Tras Fontana dell'Amenano, no hay un duelo, es el mercado del pescado y esos profundos y estridentes gritos la forma de ofrecer sus productos.
Algunos ponen sus productos sobre mesas portátiles, otros sobre cajas volteadas y hasta directamente en los cubos donde las han traído al mercado.
Peces espada decapitados, sepias, pequeños tiburones, sardinas, anchoas con una frescura que ofendería a todos los Mercadonas y Dias de nuestra ciudad.
No entres en el mercado del pescado si no quieres mojarte los zapatos, o si te asustan los gritos.
El regidor local de Catania compró los paraguas al mismo vendedor que yo en Siracusa.
La Catedral de Catania.
Fachada de la Catedral de Catania.
Interior.
Teatro Romano
Vamos callejeando, con ayuda de Google Maps, pensando que no recibe correctamente la señal cuando le pedimos que nos lleve hasta el Teatro Romano.
Bien podría haber tomado Lewis Carrol la idea para su Alicia al cruzar la puerta del Teatro Antico.
Un pasillo nos trasporta del siglo XXI al siglo II en dos minutos (los que tardamos en comprar las entradas).
Unos pasillos interiores (en no muy bien estado) te permiten entrar a la cávea.
Al igual que el Teatro Romano de Cartajena (España) el de Catania se encuentra totalmente rodeado por edificios actuales.
El Teatro de Catania (siglo II d. C.) fue construido sobre una edificación anterior.
Tiene 80 metros de diámetro (capacidad para unos 5000 espectadores), ha conservado la cávea, la zona de orquesta y algunas partes de la escena. Construido con roca de lava del Etna y forrado con mármol que se reutilizaría para la construcción de la catedral.
Reconstruido, con vallas metálicas para no caerte y algunas gradas forradas que para nada ofenden al viajero.
Una foto para el recuerdo.
Exposición de Miró, "La alegría del color".
La exposición de Miró se encuentra dentro del Museo de Emilio Greco
Obras de Emilio Greco.
Piazza Vincenzo Bellini.
Con la Fontana dei Delfini delante del Teatro Massimo Bellini.
La Naviera Grimaldi, con ellos fuimos a Cerdeña hace tiempo.
Por la Ruta de la Iglesias, terminando el día.
16 de marzo de 2024
El día de la partida.
Pero antes, el último capuchino, el último croissant y una visita a los altos de la iglesia de San Nicolò l'Arena para disfrutar de Catania a vista de pájaro y para despedirnos de nuestro amigo Etna.
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