Buscando Lagüelles. Travesía en kayak por el embalse de Barrios de Luna
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Ruinas de la antigua iglesia de Lagüelles |
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Sabinar. Barrios de Luna |
Temía ir pasado de fechas si quería navegar sobre la nave de la derruida iglesia de Lagüelles y así fue.
Aún así, la impresión es grande cuando entras en la ensenada donde se conservan los restos del inundado pueblo de Lagüelles y donde no escuchas gritos de niños (ni de desbrozadoras), ni llegas a ver ninguna viejecita barriendo la acera o arreglando los tiestos delante de su casa.
De Lagüelles solo queda la elegante espadaña de la que fue su iglesia, que se resiste a caer y los muros derruidos de su nave, que acumulan barro por sus alrededores y donde solo las lavanderas se mueven con el típico vaivén de sus colas.
El 15 de junio de 1951 se cierran las compuertas del Embalse de los Barrios de Luna para el inicio del primer embalsado, pero habrá que esperar hasta 1.956 para que se inaugure oficialmente.
Dieciséis pueblos que quedaron atrapados bajo las aguas de la presa para siempre, un sacrificio de unos pocos en aras del interés de una gran mayoría, que no recordamos (ni sabemos) sus nombres: Arrévalo, Campo de Luna, La Canela, Casasola, Cosera, Lagüelles, Láncara de Luna, Miñera, Mirantes de Luna, El Molinón, Oblanca, San Pedro de Luna, Santa Eulalia de las Manzanas, Trabanco, Truva y Ventas de Mallo.
Las primeras luces hacen que me perfile junto a mi kayak a orillas del embalse en las proximidades de Mallo de Luna.
Las nubes aguantan la primera embestida del sol y me permite disfrutar de un paleo suave sobre las plúmbeas y tranquilas aguas del embalse.
Un recorrido de cabotaje, descubriendo vistas distintas de los sabinares, de las montañas que rodean el embalse y del faraónico puente de Carlos Fernández Casado, bajo el cual paso para tomar el ramal este, donde se encuentra Lagüelles.
La vuelta, deshaciendo el camino realizado y soportando los rayos de sol que han derrotado a mis nubes protectoras.
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