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Peña Cefera |
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Peña Cefera y los Picos de Arcos del Agua |
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Una de las lagunas de Llaos |
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Circo donde nace el río Boeza (Campo de Santiago) |
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Valle de Campo de Santiago |
6 de mayo de 2025
Deseaba un café fuerte y amargo como el sudor del diablo, para reactivar mi cuerpo después de hora y cuarto en el coche, pero en Vegapujín -ni en los pueblos de los alrededores- no hay ni bar, ni nada que se asemeje a un lugar donde poder tomar un café y mucho menos a estas horas.
Recorrida la casi totalidad de la carretera que corre por el Vallegordo, aparco en la plaza de Vegapujín, junto a la excavadora que hace labores de mantenimiento en la carretera, pero que aún no ha empezado a trabajar.
Vuelvo a estas tierras donde el abedules el protagonista, en un intento de recorrer las cimas de Peña Cefera y Arcos de Agua (Sierra de Gistredo), sabiendo que hasta que no llegue a sus cimas, donde ya encontraré senderos despejados, los caminos de Omaña resultan poco transitados, encontrándose en su mayoría perdidos.
Por el viejo camino que unía Vegapujín a Fasgar (cuando no había carretera), para abandonarlo al poco y meterme por una primera mancha de abedules por la que voy cruzando hasta entrar el los derrumbes de Peña Cefera, donde una vira me lleva hasta las lagunas de Llaos.
Guapo sitio, más ahora, después de todas las lluvias caídas que han dejado el monte pletórico.
Una torrecillas de piedra marca el punto exacto de la cima de Peña Cefera.
Omaña a nuestros pies, Babia algo más hacia el norte y un sendero (pequeño pero despejado), que me lleva a la segunda cima del día; Pico Arcos del Agua.
Las vistas desde la segunda cima sin apenas variación. Será preciso avanzar por la arista, hacia el norte, para que ante nuestros ojos aparezca el Campo de Santiago, rodeado de viejas y redondeadas montañas tapizadas de un manto de brezo en flor.
Naciente de río Boeza y lugar de historia y leyendas, desde su posición me llama y me obliga a pasar junto a la Ermita de Santiago (aunque sea preciso desviarme de mi recorrido) antes de aterrizar en Fasgar camino de Vegapujín donde cerraré el circulo de esta bonita travesía.
Vegapujín, desierto a estas horas pero con gran estruendo de sonido de una radio que sale por las ventanas y puerta de una casa y que mientras me calzo las botas pude saber que correspondía a la casa de un vecino más sordo que una tapia que vino a interesarse por mi camino.
El camino de Vegapujín a Fasgar.
Paralelo al río Vallegordo, el que da nombre al valle.
Cerrando el valle El Cueto y bajo este Fasgar.
Es curioso como los nombres se repitan; en el valle paralelo, hacia el norte, donde se asienta Montrondo hay otra montaña de estructura similar que también es llamada El Cueto por sus vecinos.
Primera visión de Peña Cefera, pero entre la cima y yo un espeso bosque de abedules.
El de Fasgar-Vegapujín, una mancha continua de abedules que va desde el collado de Occidelo en Fasgar, hasta el valle de la Vega de la Muñeca, en Vegapujin, cubriendo una superficie de 365 hectáreas sobre las laderas norte.
Al poco de cruzar este arroyo el sendero gira a la derecha
Y va atravesando el abedular.
La mancha oscura, posiblemente un tejo.
Abedules jóvenes.
Lo que va quedando a nuestra espalda.
Y lo que aparece al frente.
Peña Cefera se muestra muy agresiva por esta vertiente.
El sendero me lleva hasta un pequeño circo encajado entre las cimas de Peña Cefera (izquierda) y el Pico de Arcos del Agua (derecha), el lugar donde se encuentran las lagunas de los Llaos.
Panorámica.
Entre Peña Cefera y el Pico de Arcos del Agua queda la huella de un circo glaciar con pequeñas barreras -morrenas- que retienen el agua de los deshielos (las lagunas de los Llanos).
Los Llaos o Los Chaos o Los Lagos, que todo significa la misma cosa.
Referente a Pico de Arcos del Agua es preciso aclarar que su nombre original, dado por las gentes del lugar, es Picos de Fernán Pérez, y que la falta de rigor a la hora de elaborar los mapas desembocó en que a esta cima se la conozca como Arcos de Agua.
Arcos del Agua - Arceo -es un verbo latino que significa contener, encerrar o retener y hará referencia a los depósitos reguladores que sirvieron para alimentar el canal romano que existió por estas laderas hace dos mil años.
Los Llanos durante el ascenso a Peña Cefera.
Ganamos altura y ganamos vistas, ya distinguiendo la cima del Tambarón.
Cima de Peña Cefera (2.011 metros).
Vistas desde la cima de Peña Cefera.
Hacia el sureste.
Panorámica hacia Arcos del Agua.
Accedo en primer lugar a un monolito de piedras que ofrece la primera visión del Campo de Santiago.
Avanzo algo más hacia el oeste para una mejor visión del valle de Campo de Santiago y del inicio del barranco por el que corren las aguas del río Boeza camino de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano..
Cima de Pico de Arcos del Agua (2.063 metros).
Enclavado en la Sierra de Gistredo, la dorsal que separa Vallegordo de la cuenca del río Boeza.
Por esa arista iré perdiendo altura hasta llegar al collado del Campo, la entrada natural desde Fasgar al Campo de Santiago.
Un sendero claro y cómodo de seguir.
Cima sin nombre.
El barranco del Boeza, entre Campo de Santiago y Colinas de Martin Moro Toledano.
Sesteadero del Buey del Fraile (1.904 metros).
Hasta esa altura llevarían al buey del fraile para que se alimentara de los frescos pastos, los criados, que el fraile no podría porque estaría ocupado en limpiar almas pecaminosas.
El valle que asciende desde Montrondo hacia el Tambarón.
Ya más cerca y con mejores vistas del Campo de Santiago.
Panorámica con los nombres de las cimas más relevantes del circo de Campo de Santiago.
El Tambarón se encuentras tras La Penona.
Torres de Vizbueno, al otro lado del Boeza.
Y tras él, empequeñecido por la distancia, el Catoute con su peculiar forma de aleta de tiburón.
Campo de Santiago.
En esos momentos desconocía que pocos días después recorrería ese valle a lo largo, en un recorrido volviendo del Tambarón.
Campo de Santiago.
Ermita de Santiago con las Torres de Vizbueno de fondo.
Campo de Santiago.
Al fondo a la izquierda, entre el abedular, se llega a distinguir un corro de árboles de color más oscuros; una tejeda.
Ermita de Santiago.
Sin el añadido del pórtico, conocimos esta ermita en la película del Filandón de San Pelayo, cuando varios cofrades (venidos cada uno por un camino distinto) se juntan en la ermita para contarle al santo un cuento para apaciguar las desgracias del mundo (cuanta necesidad tenemos estos días que se vuelvan a reunir otros cofrades para contarle unos cuentos al Santo).
Desde el collado de Campo.
La fuente.
Amentos de abedul.
El valle que vimos desde las alturas, el que sube desde Fasgar al Tambarón.
Fasgar.
Fasgar, casas y pueblo muy arreglado, pero sin un bar donde aplacar mi sed de dragón.
Camino de Fasgar - Vegapujín, en sentido contrario del que recorrí a primera hora de la mañana.
Vegapujín.
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