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En la Vía Verde de Plasencia |
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Vía Verde de la Plata (Béjar - Plasencia) |
22 de mayo de 2025
Dos jornadas con la bici, dos días para recorrer la Vía Verde de la Plata, un antiguo tramo ferroviario que unió las poblaciones de Bejár con Hervás y que años después de su desaparición será reconvertido en vía verde para disfrute de ciclistas y paseantes.
Dos días de pedaleo contenido en kilómetros, con apenas desnivel, por unos paisajes poco acostumbrados a nuestros ojos y con un tiempo estupendo, primaveral que permitirá que lo disfrutemos a tope.
Sobre el desmonte del antiguo ferrocarril Plasencia-Astorga, uniendo las poblaciones de Salamanca y Cáceres, por espacios tan singulares como la Sierra de Béjar (declarada reserva de la biosfera), pasando por dehesas, hasta alcanzar el valle de Ambroz y Plasencia, capital del Jerte.
Vía Verde de la Plata, Béjar - Hervás
Con bastante infraestructura previa al comienzo de la actividad, para poder disponer de nuestro coche al final de la ruta (dejar tancadas las bicis a una farola junto a la estación de autocares de Béjar, bajar en coche hasta Plasencia, aparcarlo junto a la estación de autocares de Plasencia y coger un autocar que nos traslade de Plasencia a Béjar), partimos al inicio de la tarde desde Béjar.
El ajetreo a la salida de Béjar provocado por los coches, junto al ruido ambiente de cualquier ciudad, desaparece de inmediato en el momento que entramos en la trinchera por donde corría el desaparecido tren, hoy Vía Verde de la Plata.
Piso de tierra compactada, un túnel de vegetación y una ligera pendiente, que favorece el pedaleo (por eso la realizamos en ese sentido), es lo que encontramos en la vía verde.
Tanto es así, que tenemos que obligarnos a parar, para no terminar enseguida, ya que la distancia de esta primera jornada apenas sobrepasa los 22 kilómetros.
Ningún sitio mejor que las viejas estaciones que se han conservado (en algunos casos reconvertidas a cafeterías) y que brindan un buen lugar de reposo.
Terreno montaraz, en el piedemonte de la sierra de Béjar, espectacular visión de las aguas del embalse de Baños (Baños de Monteñayor) y grandiosa entrada a Hervás (en el valle de Ambrós) donde gastaremos la tarde-noche recorriendo las estrechas calles de su judería.
Calles a la salida de Béjar.
Un sinsentido de foto. La única que tengo de Béjar y que tan poco dice de esta población.
Entrando en el cajón de la Vía Verde de la Plata.
Con toda la lluvia caída, no puede estar más verde.
Suelo de tierra compactado y con vallas protectoras.
Las antiguas estaciones.
Estación del Puerto de Bejar.
Disfrutando, descansando.
Un paisaje guapo, guapo.
Vistas hacia el embalse de Baños (Baños de Montemayor)
Túneles con iluminación automática que se enciende a nuestro paso.
Otra antigua estación.
Hervás, con la sierra de Cruces Altas protegiéndola de los vientos del este.
Algo más próximo el embalse de Baños.
Aún hay nieve en los altos.
Hervás.
Hervás, destacando en lo más alto la iglesia de Santa María de Aguas Vivas.
Intrincadas y estrechas calles para llegar a nuestro alojamiento en el barrio de la judería.
Iglesia de Santa María de Aguas Vivas.
Situada en el punto más elevado del pueblo, esta iglesia se construyó sobre los cimientos de un antiguo castillo templario del siglo XIII que sigue manteniendo una torre y la muralla defensiva original.
Un estupendo mirador.
Mirando hacia la sierra.
Calles estrechas.
Dulces típicos.
La Plaza.
La zona más moderna de Hervás.
Hervás.
Esperando la llegada del turismo.
23 de mayo de 2025
Vía Verde de la Plata, Hervás - Plasencia
Segunda jornada por la Vía Verde de la Plata.
La más deseada, al cruzar su trazado por un paisaje de dehesas.
De nuevo un trayecto moderado en kilómetros (el doble que el día anterior - 44 kilómetros-) pero que al ser un antiguo trayecto ferroviario nos asegura que tendrá un desnivel muy escaso.
Un trayecto que vuela sobre extensos encinares, corre paralela a la calzada romana que unía Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga) -que da nombre a la “Vía de la Plata”, y que antes de entrar en Plasencia refresca nuestra vista sobre las aguas del río Jerte, ese que da nombre a las afamadas cerezas.
Plasencia nos recibe con calor y el barullo de un día típico.
Queda pendiente para futuros días una profunda a sus edificios y rincones pintorescos.
Estación Vía Verde Hervás.
La vegetación quiere comerse el carril.
Una nueva estación, la de Gargantilla.
Ya entre encinas.
Por un mar de dehesas.
Guapo, guapo.
Dehesas cacereñas.
Un puente, cruzando un arroyo.
En casi todo el trayecto vallas protectoras.
Trinchera.
Un mirador hacia la dehesa.
Amapolas.
Puente de Hierro.
Por debajo discurren encajonada las aguas del Jerte.
Río Jerte.
Una foto para el recuerdo.
Puente de Hierro y los pilares de otro antiguo puente.
Sobre las aguas del río Jerte.
Las aguas del río Jerte embalsadas por el azud de San lázaro.
Un último túnel antes de entrar en Plasencia.
Muralla de Plasencia.
Construida a finales del siglo XII por Alfonso VIII con fines defensivos.
Catedral de Santa María.
Levantada a principios del siglo XIII, edificio románico de transición al gótico.
Plasencia.
Cáparra, ciudad romana.
Estando por la zona, resultaba obligado acercarnos hasta las ruinas de la ciudad romana de Cáparra.
Por Plinio sabemos que esta ciudad ya existía a inicios del siglo I d. C.
Su desarrollo fue debido a la posición estratégica como paso obligado en el itinerario entre Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga).
Al norte de la provincia de Cáceres, en el término municipal de Guijo de Granadilla y Oliva de Plasencia.
Ruinas con su anfiteatro (solo visibles los restos del contorno del foso), la base de una puerta por la zona sureste, el Cardo Maxismus (la calle principal que atraviesa la ciudad con orientación norte - sur), el foro y Decumanus (calle que cruza, con orientacion este - oeste), las domus y un arco cuadrifronte, el elemento representativo de Cáparra.
Lamentablemente, obras de mantenimiento tenían este arco totalmente oculto.
Entrada a la Ciudad Romana de Cáparra.
Entre olivos y con entrada gratuita.
Ante los restos de la Puerta sureste..
Se aprecia la robustez de los bastiones defensivos que flanqueaban la puerta, así como el arranque de los muros de la muralla que rodeaba la ciudad.
Puerta sureste.
Por el Decumanus hacia el arco cuadrifronte.
Arco cuadrifronte.
El arco de Cáparra es el único ejemplar hispánico de arco romano cuadrifronte. El encuentro de los cuatro arcos produce en su centro una interesantísima bóveda de arista resuelta con sillares, y no con hormigón como era habitual en el mundo romano. Posee columnas adosadas en sus ángulos. En uno de sus frentes tiene unos pedestales adosados que servirían de base a sendas esculturas.
Pero, lamentablemente hoy todo eso no es posible apreciarlo.
Detalle de la profunda erosión de la uniones de la piedra (granito).
Esta basta erosión en las esquinas resulta similar a la que pudimos ver hace unos días en el acueducto de Segovia.
Hacia el anfiteatro.
El graderío del anfiteatro de Cáparra era de madera, por lo que es normal que no llegara a nuestros tiempos.
Granadilla, recinto amurallado de Granadilla (Cáceres)
Desde las almenas del castillo de Granadilla un mar se extiende rodeado por un monte fragoso, donde la encina es la protagonista.
El recinto fortificado de Granadilla se salvo por los pelos de ser destruido cuando se levanto la presa del embalse de Gabriel y Galán y las aguas comenzaron a rodear sus laderas.
Uno de los recintos fortificados mejor conservados de España (siempre con el acicate del mayor o mejor) y hoy punto final de una carretera que corre entre bosques de repoblación hacia uno de esos lugares que tanto nos gusta conocer.
Sería un buen punto de inicio de una larga travesía por el mar del Gabriel y Galán.
Ante la puerta del recinto fortificado de Granadilla.
Castillo de Granadilla.
El acceso al castillo es gratuito.
Vista panorámica de Granadilla desde la torre del castillo.
Una techumbre protege la torre.
La puerta principal de acceso al recinto fortificado.
Torre almenada.
Castillo de Granadilla.
Es posible caminar por la muralla que rodea la ciudad.
Iglesia de la Asunción.
Antiguas viviendas dentro del recinto fortificado.
Plaza central.
Edificios abandonados cuando se construyó el embalse de Gabriel y Galán.
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