Cueto Salón
11 de Enero de 2022
Hacía tiempo que quería volver al Cueto Salón, la discreta cima situada a caballo entre la Meseta y la Cordillera y que forma parte de la Sierra de los Carros, cordal que levanta sus laderas al norte del valle de La Valcueva.
Separada de los círculos montañeros, al ser más un monte que una montaña, el Cueto Salón esconde en lo más alto vestigios de la Guerra Civil en forma de una casamata y restos de trincheras, además de tener desde su cima unas vistas espectaculares de todo el cordal que arrancando en las Hoces de Vegacervera finalizan en la cúspide del Correcillas, del valle de La Valcueva y de las vecinas cimas del Curueño.
Sabiendo que la ascensión desde La Valcueva es corta, decido aparcar en Robles de la Valcueva y continuar con la bici por carretera hasta Aviados donde cambiaré el asfalto por la antigua pista minera que recorre la ladera sur de la Sierra de los Carros, superando un par de collados y dando buenas vistas a la pirámide cimera del Correcillas y a la geminada cima de Peña Galicia.
Algún tramo empujando la bici (por la pendiente, el barro y el mal estado de la pista) y otros disfrutando del pedaleo relajado y disfrutón de aquel que tiene toda la mañana para montear.
Al encuentro del valle por el que corren las aguas del arroyo de Carmonda, cando la bici a un árbol y comienzo el ascenso propiamente al Cueto Salón.
Una ascensión tensa, sin descansos, que nos lleva a superar quinientos metros de desnivel en poco más de dos kilómetros de distancia, por un estrecho sendero que serpentea dentro de un joven bosque de robles y muy proximo a el arroyo de Carmonda.
Y al final del sendero, poco antes de alcanzar la cima, nos topamos de bruces con una casamata -recientemente limpiada de barro y vegetación por el Hismecon (Historia y memoria contemporánea)- que fue un puesto de ametralladora según podemos ver por la peana que nos encontramos si accedemos a su interior.
Poco resta a la cima, donde una pequeña explanada libre de vegetación nos permite disfrutar de un magestuoso Correcillas que se levanta su triangular silueta como un cometa desde las Hoces, de las vecinas cimas del Curueño, o del entrevelado valle de La Valcueva.
El mayor esfuerzo está pasado, ahora solo resta disfrutar del descenso (que haré por otro sendero más directo) hacia la pista que volveré a recorrer hasta el punto donde recuperaré la bici, para seguir descendiendo -ya sobre ruedas- por pista que me llevará hasta La Valcueva y ya por carretera a Robles donde cerraré círculo.
Vista del Cueto Salón desde el vértice de Cantolaparra (Pardavé)
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