Cualmarce, Colorada y Calabazosa desde Torrestio con descenso por los Lagos de Salencia

La Calabazosa desde el Collado de Cualmarce.

9 de Febrero de 2022

Un pueblo típico de montaña (Torrestío), un gran valle (Valverde), otro coqueto y escondido (valle de Sousas), unas altivas y espectaculares cimas (Cualmarce, Colorada y Calabazosa) y una cuenca glaciar donde reposan las aguas de varias lagunas (Lagos de Salencia), todo lo imprescindible para crear un recorrido que te permita disfrutar a cada paso y que sirva para volver a enamorarte de los parajes de Babia.

Si pudiéramos añadir al conjunto un bar donde poder tomar café antes de salir sería otra liga, pero de momento y hasta que empecemos las rutas a medio día, nos conformamos con la Babia Natural.

Mañana fría que invita a caminar deprisa, lo cual hacemos por el Valle de Valverde. Sin llegar a su final, ya que nos colamos por el estrecho que se monta entre Peña Corros y Pico Valera, por donde corren las aguas del Arroyo de Valverde y por donde nos colamos al coqueto Valle de Sousas.

Un valle que resplandece con los primeros rayos de sol sobre la nieve existente y con la Peña Cualmarce que nos desafía con sus paredones.

Por una canal con nieve continua hasta el Collado de Sousas, que ofrece vistas espatarrantes de las cercanas Ubiñas y de los Lagos de Salencia, los cuales visitaremos más tarde.

De momento, siguiendo la arista que de manera continua y con los típicos dientes de sierra, nos lleva por las cimas del Cualmarce, Colorada y Calabazosa.

Es la cima de la Calabazosa la atalaya desde donde se domina casi la totalidad de Babia, con sus largos valles como el de La Majua (que caminamos hace unos días en busca de la Laguna de Congosto) o de cimas tan emblemáticas como Peña Orniz, Montihuero o las mismísimas Ubiñas.

Es hora de descender a terrenos más humanos. Y lo hacemos ayudándonos de los campos de nieve que cubren las laderas norteñas que nos depositan en el Lago de Calabazosa que hoy protege sus aguas con una espesa capa de hielo.

No así el de la Cueva, refugiado de los rigores invernales, que muestra el gris plomo de sus aguas.

Pista hasta el Alto de la Farrapona y pista hasta Torrestio. Lo más desagradable del recorrido de hoy.