En este gran espacio lleno de ruinas, de templos y edificios se desarrolló hace dos mil años la vida social, cultural, política y económica de la ciudad.
No tenía claro como sería la visita al Foro, por qué puerta accederíamos, qué recorrido podríamos hacer para no saltarnos los edificios relevantes y cómo sería el espacio por dónde nos moveríamos.
Afortunadamente, al salir vomitados del Coliseo, solo fue necesario seguir a la gente que nos arrastraba hacia el Arco del Tito, donde pensaba íbamos a pasar bajo su arco, cual vencedores, hacia la entrada.
En el último momento, casi bajo el arco, una verja nos impidió el paso, desviándonos hacia la entrada donde un cartel nos indicaba el camino al Palatino.
Pequeño tramo de escaleras y paseo entre hermosos jardines hasta un gran mirador donde el Foro aparece en toda su extensión bajo nuestros pies.
Allí estaba el secreto de la visita al Foro, en el monte Palatino, la más céntrica de las siete colinas de Roma, donde según la leyenda Rómulo (después de matar a su hermano) fundó la ciudad de Roma y donde se fijarían la primera residencia oficial de los emperadores, allí estaba el plano que nos permitiría distinguir, a vista de pájaro, los edificios más emblemáticos del Foro.
Donde los romanos creaban una ciudad, trazaban dos vías que eran perpendiculares entre ellas: el Cardo Máximus y el Decumanus y allí donde las vías se cruzaban, dejaban una amplia zona para construir el foro.
El Foro Romano no pudo desarrollarse hasta que el quinto rey de Roma (Lucio Tarquino) drenó la zona de origen pantanosa, gracias a la construcción de la "Cloaca Máxima", una gran obra de ingeniería que canalizó todas las aguas y permitió hacer habitable un lugar que era castigado periodicamente por las crecidas del río Tiber.
Las fotos en Google
Saliendo del Coliseo, dejamos a la izquierda el Arco de Constantino y enfocamos por la Vía Sacra hacia el Foro.
Aparentemente cruzaremos bajo el Arco de Tito
Una cobra, el rechazo en el último momento, por el cordón que nos prohíbe el paso bajo su único arco.
Los jardines del Palatino.
Y el mirador sobre el Foro.
No está dedicado al fundador de Roma, está dedicado a Valerio Rómulo.
Del Templo de Rómulo solo queda su hermosa puerta realizada en bronce (color verdoso) de más de 1500 años, ya que con posterioridad fue integrado en la iglesia de los Santos Cosme y Damián.
Templo de Cástor y Pólux.
De este templo solo restan tres columnas, consideradas como unas de las más elegantes.
Templo circular de Vestas.
Próximo a la residencia de las Virgenes Vestales, era el lugar donde las sacerdotisas custodiaban el fuego sagrado.
Templo de Saturno y Templo de la Concordia.
Poco queda de ambos templos.
El Templo de Saturno (el de la izquierda) estaba dedicado al díos de la agricultura y la cosecha. Solo quedan ocho columnas de estilo jónico.
El Templo de la Concordia fue mandado construir por Lucio Furio Camilo en 367 a.C, para conmemorar la reconciliación entre patricios y plebeyos.
Casa de las Virgenes Vestales.
Al frente del Templo de Vestas. En esta casa residían las Virgenes Vestales, las sacerdotisas que custodiaban el fuego asagrado de Vestas. El fuego no debía de apagarse, ya que en tal caso desaparecería el estado romano.
Al frente, el Templo de Antonino y Faustina. uno de los mejores conservados. Se sitúa imponente sobre la Vía Sacra.
El Coliseo visto desde el mirador del Palatino.
Patiamarillas.
Otra vista de los templos de Saturno y de la Concordia.
Arco de Septimio Severo.
La guía dice que se trata del arco más magnífico de todos los arcos romanos. En la antigüedad una cuadriga de bronce conducida por el propio Septino Severo coronaba el arco.
Vía Sacra
Templo de Rómulo
Templo de Antonino y Faustina.
Templo de Vestas.
Casa de las Virgenes Vestales.
Templo de Cástor y Pólux.
Templo circular de Vestas.
Templo de Antonino y Faustina.
Templo del Divino Julio.
Fue el templo del general romano más grande de todos los tiempos: Julio Cesar.
En su interior flores pasadas y algunas monedas (serán para que pueda tomar el bus)
A la derecha (el edificio anodino de color marrón) la Curia Julia, que era la sede del senado.
En la antigüedad sus paredes estaban forradas de mármol.
Restos de la Basílica Emilia.
Basílica Emilia y la Curia Julia.
Arco de Septimio Severo.
Templo de Saturno y Templo de la Concordia.
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