Roma: Plaza Venezia, Piazza di Spagna, Piazza del Popolo y Basílica de San Pedro

Monumento a Víctor Manuel II

La Piedad de Miguel Ángel.

El día que el contador de pasos de Cristina se volvió loco.

Se trataba de entrar al Coliseo, al Palatino y al Foro Romano, pero en ninguna de las guías que ojeamos (ni las webs) nos informaron que desde la Pandemia, las entradas a estos recintos solo podían sacarse por internet (o mediante alguno de los captadores de grupo que te las ofrecían con sobrecoste).

Cambio de planes y diseño sobre la marcha de un nuevo recorrido, que desanda nuestros pasos para devolvernos a Plaza Venezia, donde hacemos una incursión al Monumento a Vittorio Emanuele II, edificio colosal desde cuya terraza se tienen espectaculares vistas sobre Plaza Venezia, sobre el Foro de Augusto y sobre la Vía del Corso, calle que a continuación caminamos, en casi su totalidad, pasando junto a la Columna de Marco Aurelio y con pequeño desvío (a la derecha) encaminar nuestros pasos hacia la afamada Piazza di Spagna, donde subiremos sus 135 peldaños para encumbrarnos en la entrada de la iglesia de Trinità dei Monti.

Otra vía célebre, la Vía del Babuino, nos acerca entre escaparates de lujosas tiendas hasta otra nueva plaza, la Piazza del Popolo que aparece enmarcada entre dos fuentes y dos iglesias gemelas y de cuyo centro surge otro soberbio obelisco (la Piazza di Spagna también tenía el suyo).

La hora del almuerzo nos sorprende en esta piazza, que bien podría ser final del recorrido en esta jornada, pero (siempre hay pero) aún resta día y sabedores que ayer quedó pendiente el interior de la Basílica de San Pedro, -donde La Pietá de Miguel Ángel aguarda nuestra visita-, anudamos nuestros calzados y partimos hacia ella.

Total, más pasos a añadir a la gran caminata y el podómetro del móvil de Cristina que marca un nuevo récord 🏆🏆🏆

Las fotos en Google

La Columna de Trajano vista desde las inmediaciones del Foro de Augusto.

Restos del templo de Marte el Vengador, en el foro de Augusto.

Panorámica del Foro de Augusto.

Delante del Mercado de Trajano.

Construido por orden del emperador Trajano ente los años 100 y 110 d.C., fue el primer centro comercial cubierto de la historia y a pesar de haber pasado 2000 años de su construcción se conserva en buen estado.

En su interior se encuentra el museo de los Foros Imperiales.

Columna de Trajano

Un código QR de hace 2000 años.

Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II

En la Piazza Venezia.

Diseñado por Giuseppe Sacconi en 1885, e inaugurado en 1911 (los trabajos terminaron entre 1924 y 1927).

Tumba al soldado desconocido con una llama eterna, tras la Primera Guerra Mundial.

Las vistas hacia Plaza Venezia son impresionantes

Y el edificio también.

Mirando hacia la cúpula de San Pedro.

Patiamarillas

Mirando hacia el Coliseo.

Hacia la Columna de Trajano.

Hacia el Teatro Marcelo que visitaremos dentro de un par de días.

Plaza Venezia.

Plaza Venezia y el Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II

Otra panorámica del Foro de Augusto.

Por la Vía del Coso

Columna de Marco Aurelio

Construido entre 176 y 192 para celebrar las victorias del emperador Marco Aurelio contra los germanos y los sármatas.

De estilo dórico y con una altura de 30 metros.

Vía del Corso.

Columna de la Inmaculada Concepcion, Piazza di Spagna.

Plaza de España es una de las plazas más populares de Roma.

Como viene siendo habitual en Roma, una fuente en su centro (Fontana della Barcaccia) y como especial, una línea de peldaños (135) en los que esta prohibido sentarse (y una pareja de amables policías nos lo recuerda en todo momento) y que nos lleva hasta la iglesia de Trinità dei Monti.

Una foto para el recuerdo.

Todo el mundo quiere una foto para el recuerdo.

El obelisco Salustiano (obelisco de la Trinità dei Monti) es un obelisco de la época romana, que fue transportado desde Egipto.

Mide 13,91 metros de alto y forma parte de los trece Obeliscos de Roma.

Por la Vía del Babuino hacia la Piazza del Popolo.

Piazza del Popolo, la tradición afirma que existía en la zona un bosque de álamos (Populus-álamo) cerca de la tumba de Nerón.

Hay tres iglesias, Santa María del Popolo (la más antigua de las tres) y dos iglesias gemelas: Sta. María Montesanto y Sta. María de Miracoli.

Dos fuentes en los extremos, la fuente de la diosa Roma

y la fuente de Neptuno.

Obelisco de Flaminio, de 23,3 metros de altura y otro de los trece obeliscos de Roma.

Palacio de Justicia, en nuestro camino hacia el Vaticano.

De nuevo caminando por Vía Crescenzio, hacia Piazza San Pietro.

Piazza San Pietro.

Apenas hay gente en la cola, donde hemos de presentar el pasaporte Covid para poder acceder.

Impresionante la Piazza San Pietro.

Al igual que impresionante el interior de la Basílica. Directamente hacia la Piedad

La Piedad del Vaticano

La Virgen María, joven, bella y piadosa, sostiene a un Cristo muerto que aparenta mayor edad, en una composición llena de ternura, donde un semblante apagado muestra el dolor de una madre ante su hijo muerto.

Un cordón y un vidrio evita que nos acerquemos a La Pietá, la obra que Miguel Ángel esculpió cuando tenia 24 años por encargo del cardenal de la basílica de Saint Denis, Jean Bilhères de Lagraulas, en un tiempo récord de un año.

Finalizada y entregada la obra, algunos pusieron en duda la autoría de Miguel Ángel como verdadero autor debido a su juventud. Al enterarse y en un arranque de furia, tomo su cincel y grabó en la cinta que cruza el pecho de la Virgen «Michel Agelus Bonarotus Florent Facieba» (Miguel Ángel Buonarroti florentino lo hizo), siendo esta la única obra firmada del artista.

La Pietá está muy alejada y solo ayudándome del zoom de la cámara consigo apreciar la finura de su ejecución. Demasiada distancia y un vidrio de por medio.

Baldaquino de San Pedro

Directamente bajo la cúpula de la Basílica, el Baldaquino de Sam Pedro es obra del italiano Gian Lorenzo Bernini.

De estilo barroco esta formado por cuatro columnas culminadas en dosel. Forjado en bronce macizo negro y sobredorado.

Encuentro de San León Magno con Atila

Ayer vimos el Encuentro de San León Magno con Atila, un fresco de gran tamaño dentro de las Estancias de Rafael durante la visita a los Museos Vaticanos.

Hoy volvemos a encontrarnos con la misma obra, pero en esta ocasión realizada en mármol (ya sabes, como nos dijo un romano, todo en la Basílica de San Pedro es de piedra).

El Encuentro de San León Magno con Atila era una de las obras que traíamos en cartera y sin demora recorremos la nave lateral hasta su cabecera para situarnos ante la obra de Alessandro Algardi.

Realizada en mármol entre los años 1646 y 1653 (recordemos que La Pietá la hizo Miguel Ángel en solo un año) por encargo del papa Inocencio X

El episodio representado es muy antiguo y mezcla historia y leyenda; En el año 452 Atila asalta Italia y después de haber saqueado Aquilea, se dirige a Roma. El papa León Magno (440-461) lo encuentra en el río Mincio, muy cerca de Mantua, persuadiéndolo a regresar, salvando de esta manera la Ciudad del desastre.

La historia tradicional afirma que Atila y sus guerreros decidieron regresar no por las palabras del papa, sino porque vieron aparecer en el cielo las figuras armadas de los santos apóstoles Pedro y Pablo listos para defender Roma.

En esta obra, mediante la progresiva disminución del relieve, consigue dar la sensación de profundidad e implicar emotivamente al espectador en la escena, sobre todo por ese primer plano con las figuras tratadas como verdaderas esculturas exentas que se salen del relieve.