Peña El Castro, una ruta hyggelig

Sobre la cima de Peña El Castro

 

16 de Abril de 2022

El ascenso a una gran montaña puede cambiarte la vida, pero el ascenso a una pequeña puede alegrarte la tarde.

El primer trago de cerveza después de una jornada calurosa en la montaña, acurrucarte en el sofá sin moverte un ápice en un intento de conservar el calorcillo, con el propósito de prolongar esa siesta tan estupenda o aquel rato de conversación agradable, ante un café, con la gente que te importa.

El placer de la pequeñas cosas, o como dicen los daneses Hygge.

Hygge (se pronuncia juga) hace referencia  a un sentimiento que bien podría traducirse como: Que a gusto estoy!!!!.

La receta perfecta del hygge se cocina como el disfrute de los placeres sencillos de la vida.

Los placeres sencillos de la vida

Los placeres sencillos de la vida

Los placeres sencillos de la vida

Los placeres sencillos de la vida

Los placeres sencillos de la vida

Los placeres sencillos de la vida

Hoy hemos realizado una salida hyggelig.

Sin prisas en la salida, con parada técnica para tomar un café y una magdalena en la terraza del bar de Vegaquemada, con poco trayecto en coche, facilidad a la hora de aparcar y con un recorrido relativamente corto, sin apenas desniveles y con un paisaje tan diverso como interesante. O lo que es lo mismo una ruta hyggelig.

Y es que debido al ritmo de vida que llevamos, se nos pasa por alto disfrutar de los pequeños placeres del día a día. Por eso esta ruta logra que se me renueve el espíritu adormecido y me despierte el disfrute de las pequeñas cosas.


Saliendo de las proximidades de La Ercina, con dirección oeste hacia Oceja de Valdellorma.
Al fondo el macizo de Peñacorada.
Ocejo de Valdellorma.
Ya con rumbo norte y por camino.
A la entrada de Las Casetas de Oceja nuestro camino se desvía a la izquierda, para entrar por el pequeño y estrecho valle por donde corren las aguas
 del arroyo de las Casetas.

Alcanzamos unos pequeños puertos, donde podemos ver el pequeño castillo rocoso que forma Peña El Castro.
Peña El Castro.
Vista atrás.
Los puertos de donde se descuelgan las aguas que forman el arroyo de las Casetas.
El pequeño collado nos da paso a la pista que desde La Ercina sube por la Hoz hacia el altiplano kárstico donde se encuentran Peña El Castro y La Penota. 
Calzada romana.
Castro vadiniense en la ladera de Peña El Castro.
Hace dos mil años estas tribus cántabras poblaban estos lugares antes de ser expulsadas por las legiones romanas. Un espacio a medio camino entre la desprotegida llanura y la dura y fría montaña, con suficientes praderías para cultivar la tierra, pastorear sus ganados y con accidentes geográficos que les protegieran de los ataques de otras tribus.
Hace dos mil años. Se dice pronto dos mil años!!!!!
Casi na!!! Un castro de hace dosssss millll añossss, al paso en nuestra ruta a Peña El Castro.
Con algo así en otro lugar crearían un museo que atraería a cientos, que digo, a miles de personas para su visita.
La Peñota y el valle intermedio entre esta y Peña EL Castro.
Cima de Peña El Castro.
Vistas hacia Peñacorada.
Y el grupo de cimas que me gusta llamar "las montañas de Ocejo": Pico Roscas, Peña Rionda y Los Moros.
La Peñota.
Descendiendo
Peña El Casto es difícilmente accesible desde el valle. 


Entando en el desfiladero de La Hoz.




Comentarios

  1. Joer, como me gusta esa expresión, hygge. Me la voy a guardar. En Asturias tenemos otra que nunca se muy bien como traducir al castellano, que es afayaizu. Una casa, pequeña, sencila, pero cómoda, es afayaiza. Una ruta corta, pero guapa y muy "apañá" es afayaiza. Una herramienta con la que trabajas a gusto es afayaiza. Lo dicho, me guardo ese concepto danés. Un saludo

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    Respuestas
    1. Creo que el termino hygge va asociado más al instante que a las cosas. Esa casa pequeña, sencilla y cómoda puede ser hygge en un momento, cuando la compartes con alguien, cuando en el exterior llueve que te cagas o cuando sin saber por qué la felicidad invade tu persona.
      Según he leído, el concepto hygge se quiere importar creando ambientes por así decirlo como muy nórdicos. En León tenemos un bar con esas características que dan desayunos muy cerca de casa. Hace unos días fuimos y había una cola bastante larga que hizo que desistiéramos al primer momento. Aunque tenga un ambiente hygge, un desayuno hygge, una música hygge, no creo que pudiera tener un momento guapo en el que llegara a decir: que bien estoy.
      Saludos Caleyeru.

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