Casa Botines
Que es uno de los edificios emblemáticos de León y que fue diseñado por Gaudí.
Poco más podía decir sobre este edificio que recuerda a un castillo medieval con torres puntiagudas en cada una de sus esquinas.
Para averiguar algo más me asomo al insondable pozo de internet y descubro tras varias horas, dos historias que vuelan separadamente para encontrarse en el tiempo en el que el ensanche leonés viene a traer la revolución urbanística a León, que busca el cambio de la ciudad medieval hacia la ciudad industrial y burguesa.
En 1834 un catalán llamado Joan Hons i Botinás huye de las guerras carlistas y se instala en León donde abre un negocio de telas en el número 8 de la Plaza Mayor, la zona comercial de la época, que ante la dificultad de los vecinos para pronunciar correctamente el segundo apellido del industrial (y creo que también el primero) acabará derivando en Casa Botines.
Simón Fernández y Mariano Andrés serán los socios que sustituirán al empresario catalán, a su muerte, en una nueva trayectoria industrial que ve como el comercio del casco antiguo de calles curvadas y espacios caóticos se estanca ante el Ensanche de la ciudad que busca en las líneas rectas, tiradas con escuadra y cartabón, espacios más amplios y luminosos que mejoran la circulación y favorecen un nuevo comercio.
La burgueses son los beneficiarios del Ensanche, donde empiezan a comprar terrenos para edificar sus viviendas y negocios.
Simón Fernández y Mariano Andrés como propietarios de la Casa Botines buscan a las afueras del Casco Antiguo un terreno donde levantar un edificio que albergue su almacén y tienda de tejidos, además de una serie de viviendas. Un terreno y un arquitecto.
La otra historia la encontramos en tierras maragatas, donde un joven arquitecto catalán, Antonio Gaudí, que se encontraba terminando la Casa Episcopal de Astorga, recibe un correo de su amigo Eusebi Güell en el que le propone la construcción en la ciudad de León, de la sede de una empresa textil de unos conocidos con los que tenía tratos comerciales.
Los caminos de Gaudí, Simón y Mariano se unen en el edificio que tendría que llamarse Casa Fernández y Andrés y que por la costumbre seguirá siendo llamado por los vecinos Casa Botines.
Gaudí diseñará un edificio-palacio con aire medieval y muchas características del neogótico, con inspiración de las construcciones burguesas de Barcelona y Paris. Un edificio de siete plantas en las que el sótano servía como almacén, la planta baja para el negocio, la primera planta (la planta noble) para la residencia de los propietarios y las plantas superiores para el alquiler. El edificio se remataría con un bajo cubierta en la que se alojaban los trasteros y la vivienda del portero.
Inician los trabajos de excavación el 4 de enero de 1892 y finalizan la obra en tan solo diez meses, lo que hará que se extienda el rumor por la ciudad de su fragilidad y posible derrumbe. Gaudí solicita un informe técnico a un equipo de ingenieros para certificar la inexistencia de ningún problema técnico.
El edificio fue inaugurado oficialmente el 15 de septiembre de 1893.
A principios del siglo Mariano Andrés compra la parte del negocio de Simón Fernández a sus herederos y en 1929 la Caja de Ahorros y Monte de Piedad comprará el edificio a los herederos de Mariano Andrés e instala en él sus oficinas (después de subrogar los contratos de alquiler). En el 2016 pasará a pertenecer a la Fundación España-Duero que lo convierte en el Museo Casa Botines Gaudí. Actualmente es propiedad de Fundación Obra Social de Castilla y León (FUNDOS).
Comentarios
Publicar un comentario