BTT, la ruta de Las Cotas (Llamas de Rueda - Corcos - Castromudarra)
Robles en la Cota de Almanza |
24 de Junio de 2022
Se trataba de pasar la mañana pedaleando entre las dehesas de grandes robles próximas a Almanza.
Lo mejor, lo que me producirá una sensación muy cercana al stendhalazo, el valle de Corcos, entre Llamas de Rueda y el propio Corcos, a primera hora de la mañana, cuando el sol parecía tener miedo de cruzar sus rayos por el valle y cuando las gotas de rocío jugaban a ser un caleidoscopio con esos primeros y atrevidos rayos.
Una alfombra de hierva y un pueblo (el de Corcos) que no se deja ver hasta que nos damos de bruces con su cartel indicador. Y cercano al pueblo la primera de las cotas; la de Corcos que si bien no tiene comparación con la de Almanza, si la visitáramos individualmente se nos abriría la boca con expresiones de sorpresa al enfrentarnos ante la dehesa con semejantes robles.
Retrocedo hasta Corcos y prosigo por la carretera, que salvo un primer repecho, hace que la bici vuele por el pequeño pasillo que corre hacia Almanza entre un continuo bosque de robles.
No me despisto y cambio la carretera por una pista que en suave pendiente me lleva a la segunda de las cotas de este trayecto betetero.
La Cota de Almanza es archiconocida, pero no por ello deja de sorprenderme cuando recorro su estupenda pradería donde los grandes robles aparentan ser un ejercito de árboles en movimiento.
Árboles con nombre propio, como el Jatero en cuyo tronco los ganaderos refugiaban a los jatos cuando tenían que dejarlos para mover el resto de ganado. O el Mayoral, el de mayor perímetro, bajo cuyas ramas me gusta sentarme, mientras apoyo mi espalda sobre su troco, e intentar captar las vibraciones de alguna conversacion que pastores, vecinos, caminantes, viajeros, peregrinos o pajareros han podido tener bajo estas ramas.
Continua mi periplo hacia la carretera, que cruzo para seguir por nueva pista donde los campos de cultivo se van apoderando del paisaje y que avanza hacia Castromudarra que nos recuerda el paso de los mozárabes por estas tierras y donde paro ante su particular iglesia.
Cambio de dirección, hacia el norte, en busca de la última de las cotas, la de Castromudarra. Robles de gran tamaño pero dentro de un bosque menos ordenado, donde los robles de menor tamaño apenas dejan ver el tamaño de los grandes.
De nuevo en busca de la carrera, para una vez en ella continuarla por un rápido y alocado descenso que nos devuelve al punto de partida.
Comentarios
Publicar un comentario