Peña Cerreos - La Carba - Peña Ubiña Pequeña en circular desde San Emiliano
Las dos Ubiñas y Peña Cerreos desde los Puertos de Riotuerto |
16 de Julio de 2022
La ola de calor trastoca mis planes, recomendando estar en las horas centrales a cubierto y con una buena provisión de líquidos a mano.
Con esas premisas busco un recorrido sin mucho desnivel y distancia que me permita continuar con mi periplo particular por las Ubiñas.
Un recorrido circular por los impresionantes pastizales de montaña a partir de Casa Mieres, hacia los Puertos de Riotuerto con tres ascensiones; Peña Cerreos, La Carba y Peña Ubiña Pequeña.
Un recorrido por un espacio cuya belleza en estos incipientes días de verano (cuyos pastos aún conservan la frescura de la primavera) resulta difícil de describir. Pero (todo tiene que tener su pero) acercarme hasta Casa Mieres (por Campomanes) me obliga a un recorrido en coche de casi dos horas que me agota nada más plantearlo. Por ello, decido entrar desde la vertiente leonesa, desde San Emiliano (60 minutos en coche) y con ayuda de la bici llegar hasta Pinos (calentando las piernas) y seguir por la pista que recorre el valle de Alcantarilla y alcanzar la vega donde se encuentra Casa Mieres, sabiendo -por experiencia de otro día- que en dicho tramo hay dos rampas que recorreré con la bici en la mano para no quemar las piernas.
A las 7:00 salgo de un San Emiliano que duerme disfrutando del frescor que la noche le ha brindado, por carretera hacia Pinos, con una luz que bien podría ser de atardecer y con la silueta de unas Ubiñas que se irán acrecentando con el paso de las horas.
Pinos - Alto del Palo (Puerto de la Cubilla) fue el proyecto de carrera de unión entre las provincias asturianas y leonesas durante la República, que no llegó a concluise, pero que con un todoterreno o en BTT te permite acercarte hasta Casa Mieres.
En Casa Mieres anclo la bici a la baranda que rodea el edificio y comienzo la caminata por el Valle de la Alcantarilla hacia la Vega de Candioches.
El paisaje amanece con una luz dorada que hace que la caliza refulja y destaque entre el verdor de los pastos que cientos de vacas se afanan por comer.
Un camino me lleva entre las vegas, que hoy no empapan mi calzado, hasta El Estrecho, el paso que cierra el valle por el que he caminado y que una vez superado, nos deposita en los Puertos de Riotuerto, donde nuestra vista solo encuentra freno en la lejanía, sobre las laderas de las dos Ubiñas y de Peña Cerreos.
Sobre ese plató comienzo la ascensión. Desviando mis pasos hacia la derecha, hacia Peña Cerreos, en busca de la arista, donde los restos de antiguas trincheras de la Guerra Civil vigilan la Ubiña Pequeña y donde se da paso hacia los Puertos de Cerredos.
Gano la cima con rapidez y gano vistas con respecto al valle sobre la línea de cumbres que va desde la Ubiña hasta los Fontanes, sobre los Puertos de Cerredo y sobre el binomio Siegalavá-Tapinón que aparece a contraluz.
Desciendo por la ruta normal hasta Terreos, con la Ubiña Grande empapando mis retinas y cruzo los pastizales hasta La Carba, la minúscula tachuela (que supera los 2000 metros de altura) y que brinda unas vistas estupendas hacia la Ubiña Grande y hacia la arista de la Ubiña Pequeña.
Mi intención era subir por la arista, pero el track que traigo me lleva a la vertiente leonesa en busca de un sendero que bordea la montaña y posteriormente asciende por un pedrero de lo más feo (sin lugar a dudas lo peor de la Jornada).
Peña Ubiña Pequeña resulta otro mirador impresionante de los Puertos de Riotuerto y del Valle de Torrebarrio (que hoy pierde protagonismo ante las praderías de altura).
El pescado esta vendido y aunque corre una ligera brisa en la cumbre, lo coherente con ola de calor es descender y volver en busca de algún lugar cobijado para refrescar el gañote.
Y lo hago recorriendo La Loma, entre los restos de trincheras de la Guerra Civil hasta el pequeño embalse de la Alcantarilla y Casa Mieres, donde recupero la bici que ahora me lleva sin apenas esfuerzo hasta un San Emiliano que a estas horas goza de un ambiente veraniego donde sus visitantes disfrutan de las terracitas.
Abandonando el valle |
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