Torre Salinas (entrando por el sedo de Remoña y saliendo por la canal de la Chavida)
Torre Salinas |
19 de Agosto de 2022
La sorpresa del día; el hayedo de Cañabedo.
Y no es porque en Picos (y sus alrededores) no existan hayedos sobresalientes, la sorpresa surge al encontrarnos esta pequeña isla verde dentro del mar de roca y lapiaz por el que hoy nos moveremos.
Torre Salinas, una de las cumbres de las Peñas de Cifuentes (cien fuentes). Ni la más alta, ni la más baja, pero con su larga y característica arista que se descuelga desde su cima hasta el alto de la canal de Pedabejo. Será desde este alto desde donde acometemos la ascensión.
Pero antes sera preciso recorre el largo trayecto hasta el puerto de Pandetrave y descender al valle hasta curvona (km 14) donde dejamos el coche y afrontamos la subida.
Por el refrescante (la noche anterior llovió) hayedo de Cañabedo hasta el Cabén de Remoña, donde salimos a la luz y nos tropezamos con el Sedo de Remoña por el que ascendemos con rapidez buscando de nuevo la luz y en lo alto tener al frente todo el macizo del Llambrión.
Afrontamos con resignación la pesada y tediosa pedrera que nos lleva hasta un canalizo para dar paso a la ladera, por la que ya se camina mejor y por fin a la arista y cima.
Explosión de luz y vistas. Hacia el norte los murallones calizos actúan como un espejo que nos ciega. A nuestras espaldas una sucesión de valles y montañas sin fin, que intentamos ordenar y dar nombre.
Es preciso descender (por donde hemos ascendido), nuestra travesía continua, circundando la propia Torre Salinas, la Torre de Liordes y la Torre del Hoyo Chico, camino del collado de la Chavida. Un recorrido por un terreno áspero, propio de Picos, donde es preciso prestar atención en cada pisada y donde nuestras capacidades de orientación se ponen a prueba en todo momento (con la ayuda del GPS).
Volando sobre Liordes, subyugados bajo los paredones de Salinas y Torre de Liordes y siempre sobre el áspero lapiaz alcanzamos la Chavida, para dejar que nuestras piernas se relajen y comiencen a perder altura hasta depositarnos en la curvona junto a nuestro coche.
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