Venecia, el viaje

 

13-18 de noviembre de 2022

Los que más la conocen opinan que  es la ciudad más original del mundo.

Y cuanta razón tienen. Acaso no es original tener que coger un barco (aunque sea un vaporetto) para ir a comprar el pan?

Conocimos Venecia hace 37 años, durante un largo viaje que nos llevo de León hasta Atenas.  Aquello fue un desvío, una pequeña parada para conocer la ciudad de los canales, de la que poco o nada llego a recordar.

En esta ocasión toda nuestra atención se centra en esta ciudad hibernada, donde el agua corre por sus canales, acariciando las bases de sus casas, de sus palacios y donde en su interior, un laberinto de callejuelas, puentes y pasadizos, al llegar la noche, te conducen a tiempos pasados en los que el intrépido Casanova huiría de algún marido mancillado.

Bajo una continua cortina de nubes, Venecia luce en sus edificios un manto de colores deslucidos por el salitre y por la mirada de miles de turistas que a diario recorren sus calles, esas que se jactan de no haber recibido la visita de ningún coche (y para que los querrían!!!!!!)

Aeropuerto de Santander.
Ryanair es el colega que más se acuerda de mí.
Siempre mandándome correos para informar que se acerca un puente, los mejores destinos que no puedo dejar de conocer, los mercados navideños..... 
Posiblemente el macizo de Dolomitas.
Venecia y el mar.
Lo propio sería llegar por vía marítima. Bordear la isla de Lido, entrar al Gran Canal, atracar frente al Palacio Ducal y meterse de lleno en el barullo que recorre la Piazzetta, camino de la Piazza San Marco.
Pero nos conformamos con una entrada más prosaica; por la carretera que une Venecia al continente, continuando por el Gran Canal en uno de sus vaporettos para comenzar a vivir la magia del agua, del color pastel de sus edificios y palacios y de ese aglomerado de embarcaciones que recorren el canal.  
Desde Riva degli Schiavoni, la isla de San Giorgio Maggiore al otro lado del canal con la iglesia de Santa María de la Salud.
La Piazzetta San Marco, con el Palacio Ducal y la Basílica de San Marcos.
Desafortunadamente los alrededores del palacio y la basílica se encuentran en obras, lo que impedirá que tengamos buenas vistas del conjunto.
A diferencia de los andamios, la multitud que recorre sus calle desde primeras horas de la mañana, hace que la ciudad luzca su color variopinto y le de vida al entorno.
Piazza San Marco.
Torre dell'Orologio.
Vamos en busca de nuestro hotel que esta por detrás de la basílica.
A pesar de ir empujando la maleta, es preciso parar para ver y asimilar como se vertebra esta ciudad entre canales. 
La de la derecha con el Ponte dei Sospiri (puente de los suspiros) al fondo.
De nuevo, ya sin el lastre de las maletas, en la Piazza San Marco, algo más despejada de gente.
Fachada oeste de la Basílica di San Marco.
Desde el fondo de la plaza, con la torre del campanario.
Bailando el twist en la Piazza San Marco.
El agua corre por los canales y acaricia las bases de las casas y de los palacios.
En muchas ocasiones nuestro camino se interrumpe en alguna calle sin continuidad.
Y siempre acabamos en el Gran Canal.
Gran Canal.
Campo Santo Stefano.
Monumento a Niccólo Tommaseo (ilustre lingüista italiano).
Campo Santo Stefano.
Ponte dell'Accademia.
El Gran Canal desde el Ponte dell'Accademia.

Una foto para el recuerdo.
Callejear, la mejor manera de sentir la magia de Venecia.



Iglesia de San Giorgio Maggiore.
Las sombras se van apoderando de Venecia.

Ponte di Rialto.
Uno de los iconos de la ciudad que cruzaremos en repetidas ocasiones.
Este puente no solo sirve para unir las dos partes que divide el Gran Canal, este puente se diseño para albergar en él una serie de edificios que sirvieran como tiendas (hoy en día tiendas de recuerdos).
El Gran Canal desde el Ponte di Rialto.

Un nuevo día, algo pasado por agua.
La gente guarda cola para entrar en la basílica.
San Giorgio Maggiore y unas aguas tranquilas, posiblemente fruto del sistema MOSE. 
Ponte dei Sospiri (puente de los suspiros).
 A pocos metros de la Plaza San Marcos, cruza el Rio Di Palazzo, uniendo al Palacio Ducal con la antigua prisión de la Inquisición.
Su nombre se atribuye a Lord Byron, quien imaginó el suspiro de los presos al cruzar del Palacio Ducal, donde eran juzgados, hacia la prisión, sabiendo que era la última vez que verían la luz del sol en mucho tiempo.
Monomento a Vittorio Emanuelle II (primer rey de Italia)
Riva degli Schiavoni.
A pesar de los dorados con los que engalanan las góndolas, estas tienen un aire mortuorio de féretro.
En el vaporetto que nos lleva hasta Murano.
Isola di San Michele, el cementerio de Venecia.
Napoleón Bonaparte llegó con sus tropas a la ciudad de los canales en 1797 y con él se finalizó la Serenísima República de Venezia.
Una de sus primeras medidas fue la elaboración de un edicto que obligaba a los venecianos a enterrar a sus muertos fuera de la ciudad (que era donde estaban las iglesias y camposantos) por motivos de salubridad. El lugar destinado fue la isla de San Michele.
Iglesia di San Michele (cementerio de Venecia).

Isla de Murano
Murano.
El vaporetto nos acerca hasta Murano, la segunda isla más poblada (con menos de 5000 habitantes) de la laguna de Venecia, que es conocida por la pericia de sus talentosos artesanos del vidrio.
De tamaño mucho más reducido, pero con estructura similar; sus canales, sus palacios con los bajos lamidos por el salitre del mar, sus bellos puentes, sus soberbias iglesias y sus tiendas de venta de artesanía del vidrio. 
En 1291 un decreto de la Serenísima República de Venezia prohibió la presencia de fábricas de cristal en la ciudad (por la cantidad de incendios que provocaban), obligando al traslado de todas los talleres de vidrio a la isla de Murano.
Con el tiempo ese aislamiento serviría para guardar el secreto de sus vidrios tan especiales, prohibiendo la salida de los maestros vidrieros y con ellos sus secretos. 
Objetos increíbles realizados en vidrio.
Ponte S. Chiara.
Fondamenta dei Vetrai.
Por decirlo de alguna manera, la calle principal de Murano.

Torre dell'Orologio (Campo Santo Stefano).
Gran Canal de Murano.
Gran Canal de Murano.


Chiesa dei Santi Maria e Donato.
Nuestro destino monumental en Murano era la iglesia románica de los santos María y Donato, construida completamente en ladrillo con cubierta de madera, de la que destaca sobre todo por su espléndida cabecera.
Lamentablemente se encontraba en obras y recubierta por una tela que impedía toda observación.
Una foto (robada) de la cabecera de Chiesa dei Santi Maria e Donato.

Canal Grande di Murano con el Ponte Longo Lino Toffolo.
Torre dell'Orologio.
Ponte San Pietro Martire.
Chiesa Arcipretale di San Pietro Martire (Campo Santo Stefano).
Fondamenta Manin.
Fondamenta Manin.
Faro di Murano.
En las proximidades de este faro es donde se encuentra la estación de vaporetto que nos llevará hasta la isla de Burano.

Isla de Burano. 
La leyenda de los encajes de Burano nos habla de Nicoló, un pescador que regresaba a Burano para casarse, pero que en el camino escuchó el canto de las sirenas. Nicoló recordó a su amada y no sucumbió a sus seductores cantos. Las sirenas como premio le entregaron un precioso velo de ondas marinas que el pescador, a su vez, regaló a su novia. El día de su boda, todas las mujeres del pueblo miraban con envidia el velo y desde entonces, se creó una competición por ver quién hacía  el velo de encaje más bonito para el día de su boda.
Leyenda con la misma traza que la que en su día conocimos por Camariñas donde también son típicos los encajes de bolillos.  
Burano es al encaje lo mismo que Murano al cristal.
Pero la seña de identidad de esta pequeña isla (la cuarta más poblada después de Murano con alrededor de 3300 habitantes) son sus casas de llamativos colores.
Fondamenta di Cao Moleca.
Paseamos por un Murano sin apenas turistas.

Calles interiores de Burano, donde el colorido se muestra más exagerado (poco o nada podrían orientar las fachadas multicolor de estas casas a los marineros).

Ropa tendida a la calles y colores llamativos en sus fachadas.

El motivo de los colores de las casas de Burano lo encontramos en otro leyenda, que cuenta la necesidad que tenían los pescadores de pintar sus casas con colores llamativos para que, de vuelta de su faena, pudieran reconocer sus hogares entre la espesa niebla que invadía la isla de Burano.



Cappella di Santa Barbara.





Tre Ponti.
Su nombre se deriva de su particular e ingeniosa estructura, colocado en el punto de unión de tres islas.

Isla de Lido
Isla de Lido con el Tempio Votivo della Pace.
Los días son cortos en esta época del año y cuando llegamos a Lido la luz languidece y la gente huye de las calles hacia sus casas dejando la isla desierta.
Granviale Santa María Elisabetta.
La calle principal, donde cientos de tiendas de moda y de souvenirs que pasada la temporada turística están cerradas.
Ausonia Hungaria, un 5 estrellas de lujo cerrado a cal y canto.
Lido es la única isla de grupo de Venecia por donde circulan coches por sus calles.
Una de las pocas tiendas abiertas.
Compramos unas plumas?
Las playas de Lido.
De pago (ahora no), y donde viene a broncearse la alta sociedad.
Este es el único tramo de playa que no esta domesticado.
En el largo tramo que recorremos por el paseo de la playa vemos que esta esta urbanizada con casetas de bañistas, dejando solo una estrecha franja de playa libre junto al mar.
Lido es una larga barra de 12 km, que junto a otra isla alargada que se encuentra mas al sur sirve de cierre natural a la Laguna de Venecia.
En los canales de entrada -situados en los extremos de estas islas y entre ellas- es donde se han colocado las compuertas del sistema MOSE, la faraónica obra para evitar la subida del nivel de agua, que durante los meses de noviembre y diciembre y bajo la atracción de los plenilunios, inunda la ciudad de Venecia (Acqua Alta).
MOSE (MOdulo Sperimentale Elettromeccanico).
La traducción de MOSE es Moisés otro adelantado a su tiempo que separó el mar para formar un pasillo.
Palazzo del Cinema de Venezia.
Es la sede principal del Festival Internacional de Cine de Venecia.
Cerrado al igual que el Casino y el hotel Excelsior que se encuentra a pocos metros.
Vuelta en el vaporetto, ya de noche cerrada.
Otra vista del Ponte dei Sospiri.
Y de la Piazza San Marco, de donde han desaparecido la mayoría de turistas.
Basílica di San Marco.
Porta della Carta, Palazzo Ducale
Piazza San Marco.
Un nuevo día, la Piazza San Marco bajo la niebla.
Toca el turno a la Basílica di San Marco.
Antes de las 9,30 (hora de apertura) ya estamos en la cola, lo que hará que al poco de abrir sus puertas ya estemos dentro.
El principal templo católico de la ciudad y la obra maestra de la arquitectura bizantina en el Véneto.
Anteriormente la entrada a la Basílica era gratuita, estando prohibido hacer fotos en el interior. Ahorahay que pagar una tarifa de 3 euros y respecto a fotos hay barra libre.
Detalle de un mosaico del suelo.
Nos sorprende por su tamaño, sus cúpulas o sus dorados, pero sobre todo por sus mosaicos. 
Sus cúpulas brillan como el primer día.
No son pinturas, son mosaicos realizados con pequeñas teselas.
Presbiterio de la Basílica
El presbiterio está delimitado por el iconostasio bizantino, coronado por las estatuas de los doce Apóstoles, San Juan y la Virgen



Escenas del Antiguo Testamento en el Atrio con temas del Génesis y el Éxodo.



En la Piazzetta dei Leoncini.



A punto de pillar el vaporetto.
Campanile y Palazzo Ducale.
Palazzo Ducale.
Obra principal del gótico veneciano. Sus dos fachadas más visibles miran hacia la laguna de Venecia y la plaza de San Marcos

Ponte di Rialto.
Por qué mantiene la dirección con un solo remo?
Y por qué yo no puedo mantener el paddle recto remando de un solo lado?
Pues porque una góndola tiene sus lados asimétricos, su lado derecho es como veinte centímetros más corto que el lado izquierdo, y unido a su fondo plano, hace que la góndola navega siempre apoyada sobre su costado derecho (que se gira a la derecha) y es contrarrestado por la remada desde ese mismo lado del gondolero.
Por el Gran Canal.
Rio Tera S. Leonardo.
Una calle comercial que poco o nada se identifica con las típicas calles venecianas.
Los brocales de Venecia son otra de las señas de identidad de Venecia.
Realizados en mármol de diferentes colores y con formas muy variopintas.
Conseguir agua potable siempre fue (y es) un problema para la humanidad. Conseguirla en Venecia, construida dentro de una laguna con agua salobre, lo fue más.
La solución veneciana fueron los pozos o aljibes, un sistema formado por una cisterna de arcilla impermeable y rellena de arena donde se metía y filtraba el agua de lluvia -procedente de los canalones de las viviendas- y que mediante una tubería de ladrillos porosos se recogía para sacarla por el brocal.
Hoy todos los pozos se encuentran condenados. 

Teatro Italia.
Es un supermercado de la cadena Spar (en Italia Despar)
Campiello de l'Anconeta.

Calle Gheto Novissimo.
En marzo de 1516 se crea en Venecia el primer barrio judío, en una zona aislada sobre unos terrenos insalubres donde ya existía una fundición, próxima a una cárcel y un convento (el de san Girolamo, cuyos frailes tenían la triste tarea de dar sepultura a los reos condenados a muerte).
En ese barrio fueron deportados los judíos que vivían en Venecia.
 En 1633 se añadió el Ghetto Novissimo a los dos ghettos existentes, principalmente con el propósito de alojar a los judíos ponentinos.
Situado en la confluencia de los canales San Girolamo y Ghetto Novo, es el más pequeño de los tres.
Campo di Ghetto Nuovo.
Es una de esas escasas plazas que dan un respiro a los callejones dejando que el sol entre a raudales (cuando lo hay, que hoy no es el caso).
Por qué aquí edificios son más altos que en el resto de la ciudad?
Por una cuestión de números, estos edificios tenían que albergar más gente (judíos).
Dicen las guías de Venecia que si deseas un momento de paz, huyendo el ajetreo y multitudes, has de visitar el barrio judio.

Schuola Materna Comunale.
El único lugar de Venecia al que se llega con un vehículo de ruedas.
De nuevo cogiendo el vaporetto (nos encanta pasear en vaporetto).


Gran Canal
Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari.
Según algunas guías es, después de la Basílica de San Marcos, uno de los edificios más encantadores de Venecia, donde se venera a María.
Está a cargo de los frailes franciscanos desde su fundación.
La construcción de la iglesia actual duró 100 años y se terminó a mediados del siglo XV. Su campanile es del siglo XIV y es el segundo más alto de Venecia.
Nave principal.
Contrasta la sencillez y la uniformidad un tanto inexpresiva del exterior (realizada en ladrillo) con la majestuosidad que se percibe al cruzar sus puertas.
Desde el coro, La Asunción de Tiziano en el altar mayor.

En su interior los mausoleos de Tiziano y el de Antonio Canova. 

Conversación sagrada con el donante Pesaro, llamada coloquialmente Pala Pesaro es obra de Tiziano.


Tríptico de San Marcos.
Tríptico de San Marcos.
De nuevo pasando por Ponte di Rialto.
Y otro nuevo día que amanece de nuevo con niebla.
Desde el vaporetto, rumbo a la isla de San Giogio Maggiore.
Con intención de conocer la iglesia del mismo nombre.
Chiessa di San Giorgio Maggiore.
Frontal de la iglesia de San Giorgio Maggiore.
Realizada por el arquitecto de Vicenza Andrea Palladio que supo adaptar las necesidades actuales de la época, una iglesia de tres naves, con el estilo clásico de los templos griegos-romanos.
Un acceso único, con cuatro columnas soportadas por altos zócalos rematado por entablamento para apoyar un clásico frontón, mientras los laterales (cerrando las naves) un frontón partido que forma a su vez otro frontón de mayor tamaño.
Panorámica del Palacio Ducal desde la isla de San Giogio Maggiore.
Interior de la iglesia de San Giorgio Maggiore
En los muros del presbiterio dos obras de Tintoretto: La última cena y Recogida del maná.
Recogida del maná, Tintoretto.
La última cena, Tintoretto.
De nuevo por los canales de Venecia, camino hacia .....
Scuola Grande San Rocco.
Fuera de todos los reportajes que vimos (de esos de qué ver en Venecia en 3, 4 ó 5 días), la Scuola de San Rocco será el lugar donde al entrar en la sala superior el pulso se me aceleró, sentí como el sudor se extendía por mi cuerpo, no podía concentrar mi atención sobre un punto concreto, girando y mirando todo con rapidez como si en un instante toda esa belleza fuera a desaparecer de repente.
Estaba sufriendo un nuevo stendhalazo.
Scuola Grande San Rocco.
En Venecia se denominaba scuola a las hermandades religiosas laicas (scuole grande eran las que contaban con más de 500 miembros) y tenían una gran importancia en la vida social de la ciudad.
La Scuola Grande San Rocco se crea en 1478 y desde entonces se dedicó a la asistencia a las víctimas de la peste.
En 1485 la hermandad consiguió los restos mortales de san Roque (San Roque fue un monje que enfermó de peste y fue curado por un ángel, más tarde será nombrado patrón de las víctimas de peste por la Iglesia católica).
Construido el edificio que albergará la scuola, se encarga la decoración de paredes y techos a Tintoretto.
Sala Terrena.
La sala por la que se accede al edificio, con los cuadros de Tintoretto cubriendo las paredes laterales.
Circoncisione (La Circuncisión).
Strage degli innocenti (Matanza de los Inocentes)
Fuga in Egitto (Huida a Egipto).
Adorazione dei Magi (Adoración de los Reyes Magos).
Annunciazione (Anunciación de la Virgen María)
Assunzione di Maria (La ascensión de la Virgen María)
Escalera de acceso a la Sala Capitolare.

Momento en el que empiezo a sudar, el corazón se me acelera, las piernas me tiemblan.
Estoy sufriendo un nuevo stendhalazo.
Ayudado por uno de los espejos que hay en la sala para ver las pinturas del techo sin hacerte un esguince cervical.
Sala Capitolare.

Sala Capitolare.
Crocefissione (Crucifixión).
En un lateral se abre la Sala dell'Albergo, donde de sopetón se nos muestra un gran lienzo (el primero que pintó Tintoretto para la scuola).
Una sala dotada de sillas en las que puedes sentarte cómodamente y mirar largo y tendido esta espléndida obra de arte ( y solos!!!).








En el piso superior de la scuola tienen un museo donde guardan pequeñas obras de arte y algunas reliquias. Y entre estas una espina de la corona de Cristo.
Me resultó de lo más curioso porque hacia pocos días habíamos podido ver otra de las espinas de la cruz durante la visita del Monasterio de la Santa Espina en Valladolid.
Después del stendhalazo, de repasar nuestra lista de "qué ver en Venecia" y darnos cuenta de que todo (o por lo menos lo más importantea) estaba tachado, toca relajarse (las pulsaciones) y disfrutar Venecia a ritmo de jubilados, sin prisas, volviendo sobre aquellos lugares que más nos gustaron y disfrutar de unos capuchinos (a precio de sangre de unicornio) hasta que llegue la hora (al día siguiente) de recoger la maleta y partir. 















Ponte della Costituzione.

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