Peñas Prietas, Pico de la Teja y Piedra del Agua desde la subida al Pto. del Pando
El embalse de Riaño y las cimas circundantes desde la cima de Piedra del Agua |
15 de abril de 2023
Al final de la jornada, mientras reposo delante de una caña, el recuerdo de este día no serán las cimas de las Peñas Prietas, ni del Pico de la Teja, ni del de Peña del Agua, ni de las espatarrantes vistas desde ese pico, es más, ni el paso por el Collado de Pando Viejo o por la Valleja Oscura. Lo que perdurará en mi memoria, serán los bosques (en plural) por los que deambulé por esa zona tan poco conocida (por lo menos para mí) de acceso al Puerto del Pando.
Amanecer tristón, con un cielo abigarrado de nubes que presagiaba lluvia, cuando dejo atrás Boca de Huergano y tomo el desvío hacia el Puerto del Pando. En un ensanchamiento (que es el inicio de la pista por donde volveré) dejo el coche para meterme de inmediato por un viejo camino, entre hayas, que asciende con rapidez hacia el Collado de Pando Viejo.
Las hayas aún desnudas me permiten ver entre sus ramas algunos corzos que continúan alimentándose, así como algunos de ejemplares de notables proporciones.
Pando Viejo da buenas vistas hacia el embalse, pero sobre todo al valle de Prioro, que aparece hundido a mis pies.
Entro en un nuevo bosque (de hayas), ladeando la vertiente norte de Peñas Prietas por un senderillo, que pierdo por momentos, hasta colocarme a la altura de la cima y buscar una canaleta que me permita acceder a su cima.
Una cima extraña, de pudinga oscura donde un viejo árbol impide que me mueva con soltura para intentar recoger el amplio abanico de cimas que se ven desde sus cima.
Las nubes descuelgan unas primeras gotas y hacen que parta con rapidez hacia la segunda cima. Por el mismo bosque, por la continuación del pequeño sendero (que seguiré perdiendo) que me lleva hasta el Portillo del Alceo antes de alcanzar la cima del Pico de la Teja, un promontorio que me permite volver a ver el valle de Prioro agrandado con el de Tejerina y con la ya más cercana Piedra del Agua.
Desde este punto el camino ya resulta conocido, pero no por ello sorprendente. Piedra del Agua con sus increíbles vistas hacia el embalse de Riaño y hacia las montañas que lo rodean, el bosque de Salio (otro hayedo) con su gran haya y el paso por la estrecha Valleja Oscura.
El día ha mejorado notablemente. Las gotas caídas en Peñas Prietas quedaron en un susto y ahora después de cruzar el bosque de Salio, paro en las praderías a disfrutar del sol y del bocata mientras disfruto con el ciclear de una real sobre mi cabeza.
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