La Mira y la Turria en circular partiendo de Matalavilla y pasando por las brañas de Zarameo y la Seita
Algunas de las cimas del Alto Sil desde la cima de La Mira |
Bonita circular que me he marcado para ascender una de esas cimas del Alto Sil que tan buenas vistas dan y que los lugareños gustan de llamar Miros. En este caso femenino: La Mira.
Un recorrido donde será preciso dejar la bici colocada en un punto estratégico afín de poder cerrar el círculo de manera más dinámica (de camino a Matalavilla -Pasando por Palacios del Sil y viniendo de Villablino- paro en Cuevas del Sil, donde dejo candada la bici a un poste).
Al poco de dejar Palacios del Sil la carretera ha ido estrechándose, hasta el punto que en Matalavilla resulta complicado pasar entre sus casas.
Es pronto cuando me pongo en marcha, lo que hará que no me tope con ningún vecino y que el valle por el que me adentro permanezca en gran parte a la sombra. Un valle fragoso, largo y encajonado, por el que discurre la pista por la que asciendo y un tendido que suministra electricidad a las antenas del Alto del Navariego que lo afean.
Brañaseca, próxima al collado, me sorprende por ser una braña donde sus cabanas no han sido arregladas, a diferencia de todas las brañas del Alto Sil que he podido recorrer que tienen acceso rodado.
Como siempre, ganando altura, gano en vistas, teniendo una estupenda visión de todo el valle por el que acabo de ascender, así como del embalse de Matalavilla que a pesar de ser primavera se encuentra bastante escaso de agua.
Por el collado de la Bobia gano la arista que me lleva hasta la Mira y entro en un mundo de montañas conocidas que es preciso ordenar hasta hacerme una idea por donde me muevo y por donde me moveré, cuando alcanzadas las cimas previstas, descienda por la vertiente contraria, por las brañas de Zarameo y la Seita camino de Mataotero.
Busco los distintos Miros; el Miro de Tejedo (que tengo al frente), el Miro de Valdeprado (que preciso ascender algo más para verlo aparecer tras el Alto del Navariego) y el Miro Rabón (que se descuelga desde el Nevadín), las cimas que he ido ascendiendo en las últimas semanas siguiendo mi peregrinaje por los Miros en el Alto Sil.
Fácil ascenso a la Mira. Montuno y excelente mirador hacia las montañas del Alto Sil y en especial hacia el grupo del Valdeiglesia, que a pesar de estar a contraluz, muestra sus agresivas aristas rocosas.
Poco trayecto desde la Mira al Pico de la Turria y al Cáscaro de la Cueñe, donde la vegetación complica la marcha por lo que decido descender directamente hacia la pista que desde la Bobia se dirige a la Braña de Zarameo.
Entro en Zarameo escoltado por tres mastines que cuidan el ganado y que viendo que no soy comestible se retiran a continuar su siesta a la sombra de las cabanas.
Zarameo es un lugar especial. Por ser el balcón que se asoma al bosque del Rebentón y el lugar donde se ven pasar las distintas estaciones sobre la cumbre del Miro de Tejedo.
Sigo, descendiendo por el Rebenton, hacia la braña de la Seita, que desparrama sus cabanas a los lados del camino y continuo sin parar hacia Mataotero en donde entro cruzando un Sil que baja muy disminuido de agua.
En Cuevas me reencuentro con la bici y cambio la caminata por un pedaleo sin apenas esfuerzo (hasta Palacios es casi todo descenso) hasta Palacios del Sil, donde atravieso sus calles buscando la estrecha carretera que entre castaños y robles me lleva hacia Matalavilla.
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