Cueto Ancino en circular
Sobre la cima del Cueto Ancino |
Es fácil repetir cima cuando la repetida es el Cueto Ancino.
Las Cimas del Curueño tienen su estrella en el Cueto Ancino, la cumbre que levanta su cima abruptamente desde la orilla del Curueño y alcanza altura suficiente para ser un excelente mirador sobre sus vecinas (Peña Galicia, Valdorria, Prado Llano, Peña el Pueblo o el mítico Bodón).
Amanecemos temprano para estar de vuelta a medio día y evitar los calores de este torturador verano.
Aprovechado la sombra que el Ancino y Prado Llano desparrama por la ladera sur, ascendemos con rapidez, con intensidad y sin concesiones, afín de salvar los algo más de seiscientos metros que nos separan de la cima, mientras a nuestro alrededor comienzan a dejarse ver las otras cimas del Curueño
De nuevo en la cumbre de esta montaña que llama a ser ascendida una y otra vez, mostrando en cada ascensión una nueva fisonomía, un nuevo rincón, una nueva cima vecina o un nuevo bosque.
Como el grupo de fresnos que nos encontramos al poco de iniciar el descenso por la norte. Un grupo de tres árboles de gran porte que en medio de un canchal, han conseguido abrirse paso y llegar a tener un tamaño que nos sorprende.
En el hayedo sabemos de la existencia de un grupo de tejos que nuevamente visitamos, antes de entroncar con el camino que desciende a las Majadas del Caserío.
Vuelta por la carretera hasta el Puente del Ahorcado que nos ayuda a cruzar el Curueño para continuar por la maltrecha calzada romana que hace años, muchos años luciría mejor trazado.
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