Circular Ortigueira
Ría de Ortigueira |
Acostumbrados a cielos azules, el paisaje se muestra tristón y frío.
Me gustan los paisajes en los que la mirada encuentra obstáculos donde se esconden sus secretos.
La ría de Ortigueira se muestra inmensa cuando aparcamos en la explanada cercana al puerto, con un mar plano y plúmbeo como nos ha acostumbrado en las últimas dos semanas.
Café con tapa de mazapán, algún preparativo y nos encarrilamos por el paseo marítimo hacia la punta Cabalar.
Y mientras vamos caminando, el paisaje a nuestro alrededor varia de tal forma que antes de llegar a Cabalar, la ría que se mostraba pletórica de agua, se ha trasformado en un desierto de fango.
Aún así, la ría emana vida con el vuelo de cientos de aves que se desplazan hacia zonas inundadas en busca de alimento.
La punta Cabalar es la puerta de entrada hacia la praia de Cabalar, un gran arenal en el que golpean las olas del Atlántico.
Recorrida la praia, cambiamos el rumbo de vuelta, por un paisaje humanizado y más tarde urbano hacia Ortigueira.
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