Campriondo y Pico Pardal desde Ocejo de la Peña
En la cima del Campriondo (la vega del campo redondo) |
Pico Pardal |
Si hago caso a la etimología de su nombre (Campriondo, la vega del campo redondo) tendría que buscar en su cima y esta sería pequeña (la vega).
Es el Campriondo una de esas cimas que nunca entrará en los rankings de las montañas más bonitas, ni de las de mayor altura.
El Campriondo es tan discreta que en su cima no tiene ni una pequeña cruz, ni un buzón.
Pero me gusta y eso es suficiente como para repetir su ascenso una y otra vez.
En esta ocasión en plan circular, saliendo desde Ocejo hacia el norte, por el valle de la Duerna hasta el Pontón -el estrecho paso encajonado entre gigantescos paredones- donde un cambio radical hacia el sur, me lleva hasta la collada de Ferreras donde afronto la subida a cima.
Un mirador impresionante hacia la cuerda formada por Los Moros, la Rionda, Pico Cerroso y Peña Verde, que las nubes bajas me velan por momentos.
La cima forma una pequeña vega (pradera con piedra) redonda, que por su vertiente norte se precipita sobre una arista (El Espinazo del Diablo) de kilómetro y medio hasta el mismo Pontón.
Afortunadamente mi camino rola en sentido opuesto, por un terreno más humano, siguiendo una amplia arista en busca de un lejano collado que atravieso en dirección a la segunda cima de la jornada; el Pico Pardal.
La etimología de esta cima parece fácil y busco por su cima (con buenas vistas hacia Peña Corada) el aleteo de los gorriones sin resultado.
El día que parecía estropearse al inicio, se ha mantenido y sobre la cima del Pico Pardal me alcanzan unos rayos de sol que calientan mi cuerpo y me invitan a sentarme y disfrutar del momento.
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