Pico Castaño y valle de Anciles

Valle de Anciles. Riaño.

Bisonte europeo (Bison bonasus)

3 de enero de 2024

Poco o nada podíamos hacer por las alturas.

La niebla atrapada en las cimas amenazaba con cubrir todo el valle y nuestro proyecto de recorrer la cuerda Pico Castaño - Llerenes se desvanecía en el mismo momento de aparcar el coche a la entrada de Lois.

Retrocedemos por la carretera hasta un pequeño pontón que nos ayuda a cruzar el río Dueñas y meternos por un estrecho valle que nos lleva directo a la cima del Pico Castaño.

Cómoda subida, que tal cual escalera al cielo nos mete en el mundo de las nubes.

Fría y ventosa, hoy la cima del Pico Castaño no tiene vistas, ni visos de que despeje, por lo que decidimos dejar las cimas restantes para otro día y descender al valle para recuperar algo de calor.

El valle de Anciles nos recibe con alegría. La niebla levanta lo suficiente para que podamos disfrutar de sus montañas olvidadas y de sus valles apenas pisoteados, salvo por dos grupos de extraños ungulados que desde hace varios años se han colado en el valle.

Los bisontes de Anciles y los búfales de agua (aparte los caballos pottoka), la originalidad de un pequeño regidor que intenta dinamizar la zona a base de extravagancias (sobre todo pensando en el potencial de estos magníficos valles tan adecuados para un turismo de senderismo, alpinismo u observación de estrellas por decir alguna opción).



Lois, final de carretera enclavado en el valle de río Dueñas (afluente del Esla).
Retrocedemos por la carretera en busca de un puente que nos cruce el río Dueñas y nos permita entrar en el valle de acceso al Pico Castaño.
El estrecho valle por donde ascendemos (muy cómodo).
La niebla hizo que la madrugada portara una luz mortecina y desanimada.

Apenas se ve!!!!
La niebla más que quitarse parece tomar los alrededores.
Y el viento que comienza a arreciar.
Cima del Pico Castaño.
Un lugar inhóspito y sin vistas. 
Descendemos al collado y nos dejamos caer hacia el valle de Anciles.
Al poco de comenzar el descenso la niebla parece retirarse y nos muestra un esplendoroso valle de Anciles.  
Tirando del zoom, el Espigüete.
Rebecos en la niebla.
En el fondo el valle de Anciles y tras él, el cordal de Peña Collada - Peña Cabeza.
A nuestra derecha los paredones del Pico Llerenes.
Una panorámica.
Miramos atrás y no supimos dónde estábamos, 
miramos al cielo y no hayamos estrellas
y dentro de nosotros todo estaba vacío.
Nos aproximamos a los bosques (hayedos) y aunque nuestra intención era rodearlos, decidimos cruzar por uno de ellos.

Según Iberpix, se trata del Monte de los Valles.
Un hayedo con mucha pendiente, con toda la hoja en el suelo y húmeda, que nos hace prestar mucha atención para no acabar con la culera embarrada.
Donde encontramos algunos ejemplares de tejos.
Y de acebos.
Tejo.
Monte de los Valles.
Una traza, un camino que nos llama a ser caminado.
Y por el cual salimos del bosque hacia las praderías.
Valle de Anciles.
Cordal de Peña Collada - Peña Cabeza.
Vista atrás, hacia el Pico Llerenes.
Y hacia la extensa mancha de hayedo que dejamos atrás (por el bosque de la izquierda es por el que descendimos).
Una de las muchas casetas de observación que hay en el valle.
Valle de Anciles.
Panorámica.
Y otra super panorámica de la cuerda del Pico Llerenes al Pico Castaño con el manto de hayedos que se extienden por su ladera norte. 
Desde hace unos años (2017) un grupo de bisontes, otro de búfalos de agua y otro más de caballos pottoka, comparten el recinto creado por el proyecto de reintroducción de la cabra montesa en la Montaña de Riaño.
Lo que nació como una fundación para la conservación del bisonte europeo, hoy es el programa de un ayuntamiento y de una empresa privada para revitalizar el turismo en la zona mediante de un servicio de acercamiento de visitantes al valle a través de vehículos todoterreno.
Allí estaban, en medio del valle de Anciles, poniendo caras de dar miedo (o de estar asustados!!!!) comiéndole la hierva a los ciervos y a las vacas.
Se llega a distinguir que un par de búfalos tienen uno de sus ojos de color azul.


"Hasta los gatos usan zapatos"
El más pequeño levantando el morro como todos!!!!

Detalles.

Allí quedaron.
Continuamos deambulando por el valle en busca de los bisontes, que encontramos en la parte alta del valle.
Relajados, sesteando.
Hasta que nos acercamos a quebrar su tranquilidad.



El gran macho.
Su mirada impresiona, con esos ojos que traslucen el cansancio del largo camino recorrido. 
No por lo que recorra en el valle de Anciles, donde se encuentra en el cielo de los bisontes (sin predadores y con suficiente alimento), sino por haber estado al al borde de la extinción, cuando en Europa solo llegó a quedar un reducido número de 12 ejemplares.



Valle de Anciles & bisontes europeos.
Saliendo del valle de Anciles.
Llegando a Lois, con el Pico de la Hoya al frente.
La Catedral de la Montaña.
Pero cómo es posible meter una cosa tan grande en un sitio tan pequeño?

Otras fotos del valle de Anciles

El valle de Anciles (inundado) desde la cima del Gilbo.
Abriendo más el ángulo podemos ver ver el ramal que va hacia Riaño y el grupo de cimas de Peña Cabeza - Yordas.
Valle de Anciles
El valle de Anciles desde la cima de Peña Cabeza

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