Alto de la Gobia desde el mirador de Llesba
En el Alto de la Gobia, con el Coriscao a nuestra espalda |
El amanecer debilita y hace que te preguntes que haces aquí, ahora?
Sin un café calentito (gracias a que los hosteleros no quieren madrugar) miramos de reojo a los colegas que después de pasar la noche en el aparcamiento del Mirador de Llesba en su autocaravana, saborean su café caliente mientras la montaña de Picos se despeja de las últimas nubes.
Qué importa la cubre? Un camino cansino, de sudores para luego descender de vacío.
La luz nunca engaña al viajero y nosotros avanzamos hacia ella, una luz que destroza por su intensidad al ser reflejada desde los murallones de Picos.
Un camino que parte del parking del mirador y bordea la ladera noreste de la cuerda que corre desde el collado de Llesba hasta a cima del Coriscao, y se encamina (siempre en descenso) hacia el pueblo de Cosgaya.
En su mayor parte por praderas alpinas, el camino desciende hasta unas cuadras ganaderas, donde lo abandonamos para seguir otro que en continuo ascenso va en busca del Alto de la Gobia.
Sin encontrar un motivo para ese nombre, el alto se nos muestra como un excelente mirador hacia Picos y hacia los desplomes de la cara noreste del Coriscao que oculta un pasado de orogénesis, glaciares y valles remotos.
El presente no borra el pasado y la falta del café mañanero hará que la vuelta sea más rápida de lo normal.
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