Btt, al Pozo del Curavacas desde Vidrieros
En el Pozo del Curavacas (Montaña Palentina) |
19 de agosto de 2024
Añoras volver a los sitios para revivir situaciones pasadas.
Aún con restos del sueño picándome los ojos, aparco en la explanada que hay al final de Vidrieros y que hace las veces de parking (atención; prohibido parar a lo largo del pueblo a aquellos que no sean residentes).
Los recuerdos (de salidas anteriores al Pozo del Curavacas ver reportaje 1º vez, ver reportaje 2ª vez) suben y bajan por mi memoria, desordenados y confusos como un rebaño de ovejas que está siendo atacado por los lobos).
Pero esos recuerdos se desvanecen cuando veo la gran cantidad de coches que hay en el parking, la tortura que supone circular por la pista que están ensanchando y arreglando y que han cubierto de una capa de piedras de gran tamaño que hace que el antiguo fluir de mis recuerdos se vengan abajo, aparte de que los valles, cerrados entre montañas, se encuentran sumergidos por una calima o niebla asquerosa que parecía salida de mi cabeza (y que no me permitirá sacar una foto decente).
Valle de Santa Marina, Vega Correcaballos, Valle de Pineda y la Vega de los Cantos han queda atrás cuando dejo candada la bici tras un matorral, para comenzar el ascenso hacia el Pozo del Curavacas.
Mucho coche en el parking pero el Pozo del Curavacas aún continua siendo un lugar solitario.
Un baño rápido (antes de que despierte el monstruo que habita en sus aguas) y comienzo el descenso tranquilo, con la parsimonia de un buey cansado, alargando el tiempo antes de volver a encontrarme con la bici y con todas las piedras del camino.
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