Btt Quintana de la Peña desde Llamas de Rueda en circular

Quintana de la Peña

6 de agosto de 2024

En la Venta de la Vita pregunto a una vecina si voy bien hacia Quintanilla de la Peña.

Con rapidez me contesta, corrigiendo mi error:

- Si!!! por este camino, todo recto, llegas hasta Quintana de la Peña.

Quintana de la Peña, uno de tantos Quintana (o Quintanilla) que encontramos desperdigados por nuestra geografía (la etimología de Quintana es caserío en el campo), pero en este caso, el que se apellida de la Peña, el que se asienta en la ladera soleada de Peña Corada y cuyo patrón San Roque se le daba fiesta el 16 de agosto, a ese no escuchamos tañer las campanas de su iglesia, ya que durante la década de los años 50 a 60 del siglo pasado, sus vecinos fueron abandonando sus casas en busca de nuevas y mejores oportunidades, hasta que en 1.981 los dos últimos vecinos (Tasio y Olvido) cerraron su casa y dejaron que la "lluvia amarilla" fuera extendiendo su red hasta transformarlo en un pueblo abandonado.

La salida del Sol me sorprende en el Mirador de las Estrellas, en las proximidades de Llamas de Rueda.

Se trata de remontar la Vega de los Pozos por la pista que corre por la cuerda en dirección a El Valle de las Casas, visitando al paso la Laguna Redonda y La Lagunona (que en estas fechas están más secas que la mojama).

De El Valle de las Casas hasta la Venta de la Vita, donde tomo el camino carretero que entre arboleda me lleva hasta Quintana de la Peña, donde la espadaña de su desvencijada iglesia me da la bienvenida.

Camino por su larga calle, acompañado de unos enfadados perros, hasta que sorprendo a un vecino afanado en colocar unas tejas y con el que emprendo una larga charla típica de los que pasan muchas horas en soledad. 

Dos vecinos; él y el que cuida las cabras (cuya dueña es la señora de la Venta de la Vita) junto a los impertinentes perros que no cesan de acosarme, sobreviven actualmente en Quintana de la Peña.

Un vecino que me acompaña hasta la parte alta del pueblo, donde están los pilones del agua, me enseña el edificio que fue escuela y me cuenta como el cura tuvo que mandar descolgar las campanas de la iglesia para evitar su robo.

Un vecino que me acompaña hasta mi bici y me explica los posibles caminos de regreso.

El mío lo tengo claro, deshaciendo el camino hasta El Valle de las Casas para descender por el Valle de la Hoja hasta Corcos y desde allí hacerlo por el Valle de Corcos hasta Llama de Rueda.



A la entrada de Llamas de Rueda.
En el Mirador de las Estrellas.
Llamas de Rueda.
La pista corre por la cuerda que separa Valle de los Pozos del Porma.
Vértice geodésico de Valdecabañas.
Desde el vértice geodésico.
Laguna Redonda (más seca que la mojama).
Entre pinares de repoblación.
Con esta super panorámica entendemos el por qué de su nombre.
La Lagunona (igual de seca)
Para llegar a esta laguna no hay un camino como a la Laguna Redonda.
Peña Corada.

Una de las eras de El Valle de las Casas.
El Valle de las Casas.
Camino hacia Quintana de la Peña.
Quintana de la Peña.
Espadaña de la iglesia de Quintana de la Peña.
Se hizo la bóveda el año 1.939.


Los Pilones.
Quintana de la Peña.
Volviendo.
Dejando atrás El Valle de las Casas.
El Valle de la Hoja.
Un valle largo, ideal para disfrutar de la bici.
Llegando a la dehesa de robles de Corcos.
Corcos.
El Mentidero de Corcos.
Valle de Corcos.
Dehesas de robles.
Otro descenso de los de disfrute.

Llegando a Llamas de Rueda.

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