Mondúver y Penyalba en circular desde Font Nova
La cima del Mondúver |
Acaso el vagabundeo no se justifica por sí mismo?
Una buena madrugada me ha llevado hasta las casas de la urbanización de les Foietes, donde se encuentra Font Nova y donde sus vecinos han desaparecido con las primeras bajadas de temperatura.
En el Massís del Mondúver, hacia las cimas que descubrí hace unos días desde el Penyal del Ferragut.
Tierra de pinares junto al mar (la cima del Mondúver esta a 8 kilómetros del mar), lo que le brinda humedad en forma de nieblas que hará que dé mis primeros pasos con la incertidumbre de si podré disfrutar de vistas sobre la cima.
Pero la niebla se disipa, una sonrisa se dibuja en mi cara y una fuerza interior me lanza hacia la cima del Mondúver, por un paraje que por efecto de los primeros rayos parece nuevo, recién estrenado.
Poco tiempo permanezco en su cima, que se encuentra repleta de casetas y antenas de telefonía, aparte de que quiero comenzar con la larga arista que une el Mondúver con el Penyalba, donde un pequeño sendero buscando los mejores pasos se acerca hasta el Forat de la Drova (un agujero natural de grandes proporciones que te permite asomarte al Valle de la Drova) a medio camino del Penyalba.
El Penyalba resulto una cima más montañera; por el ascenso de su pirámide cimera que requirió una pequeña trepada (la del Mondúver fue por carretera), por sus amplias vistas hacia el Valle de la Drova, a la Sierra de la Murta, al Valle de la Valldigna y al Golfo de Valencia, por su buzón de cumbre y por la soledad que lo invade todo y se introduce por mis poros, me achica y hace que me quite unas cuantas capas de barniz y vuelva a ser más espontáneo.
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