Catoute, Peña del Infierno, Pico de la Cernella y Pico de la Rebeza desde Salentinos en circular
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Cima del Catoute |
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Valle glaciar de Salentinos |
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Laguna de la Rebeza |
Ascendidas las cimas de Peña Cefera, Arcos del Agua, Tambarón y La Peñona, quedaba pendiente el Catoute, la cima reina de Omaña (que no la más alta, que es el Alto de la Cañada).
Para esta cima buscaba una aproximación distinta, desde el distante valle de Salentinos, perteneciente al municipio de Páramo del Sil -ya en la comarca del Bierzo- cuyo valle al igual que los valles de Fasgar o Colinas, presentan la largura de los viejos valles de origen glaciar. Y al igual que los de Omaña, la carretera y el camino por el que avanzo hacia la cima del Catoute, resulta largo y encajada en un profundo valle, en cuyas laderas aflora principalmente bosque de abedules y extensas manchas de brezos.
Tramo largo de coche desde casa hasta Salentinos, pueblo que al igual que todos los pueblos de la montaña de León despierta con tranquilidad, sabiendo el largo día primaveral que queda por delante.
Camino cómodo, que me permite ir desperezando mi cuerpo, mientras el paisaje va ganando en grandiosidad. Sobre todo cuando alcanzo el refugio de la braña de Salentinos, en cuyas ladera se encuentra un bonito rodal de acebos.
De la siguiente braña (Vallina del Campo) solo quedan los restos de lo que sería un refugio. El lugar es precioso, más a esta hora de la mañana, cuando el sol comienza a desparramarse por la ladera, resaltando todo tipo de colores.
El collado anterior al Catoute (por el que le entramos) se ve lejos y muy alto, tanto que es preciso vencer la pereza para no dar media vuelta y acompañar al grupo de cazadores que desciende de su rececho con idea de darse un buen desayuno.
Un sendero en montaña vale millones. El que encuentro y el que me ayuda a superar el "cuestarrón" que me coloca en la arista.
Un último apretón y estoy en la cima del Catoute.
Omaña a mis pies. Al igual que la parte del Bierzo que hace frontera.
Y empiezo a recorrer una arista que me permite ir descubriendo nuevos valles y cimas (Peña del Infierno, Pico de la Cernella y Pico de la Rebeza), camino del lago de Rebeza, laguna que se oculta de miradas indiscretas y donde las truchas campan a sus anchas.
El pescado está vendido, el camino desciende devolviéndome a la braña de la Vallina del Campo y al camino de Salentinos, donde algunos de sus vecinos me miran como el intruso que a primera hora de la mañana perturbó su ultimo sueño.
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