Peña Negra y Peña Mora desde Polvoredo
Peña Negra y Peña Mora |
Polvoredo es uno de esos lugares que han sabido guardar la grandeza de su entorno.
Dentro del Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre y dentro del Valle de Valdeburón, Polvoredo es final de carretera e inicio de unas cuantas rutas con enjundia.
Hacia el vecino Monte Ranedo por el Prado de las Cortinas (ver reportaje), hacia Burón en travesía por el Canto de las Rozas y el valle de Mirva (ver reportaje), hacia el Pico Pozúa por el Valle de Becenes (ver reportaje), hacia la ruta que recorre los valles de Becenes y Muñeres (ver reportaje), o hacia las cimas de Peña Negra y Peña Mora e incluso hasta la Ermita de Arcenorio (ver reportaje).
Aún así, con tantos posibles, Polvoredo continua siendo un humilde pueblo de montaña, donde la arquitectura tradicional se mezcla con los chalets de los vecinos de fin de semana pero manteniendo su esencia y su encanto.
Tanta es su tranquilidad que atravieso el pueblo sin tropezarme con ningún vecino, camino del Prado de la Espina y la embocadura donde encuentro el cruce que divide caminos hacia Becenes o Muñeres.
Mi rumbo va por Muñeres, un valle largo que finaliza a los pies de Peña Negra, junto un coqueto refugio, de donde parte un sendero que me lleva, entre un mar de escobas, hacia unas pequeñas lagunas.
Al pie de la más grande (son pequeñas) Peña Negra aparece imponente, surgiendo de un bosque de hayas y con una tonalidad que para nada nos incitaría a llamarla por ese nombre.
Es preciso volver al refugio para tomar el sendero que por una vaguada, muy tomada por las escobas, asciende sin miramientos hasta el collado entre el Monte Laredre (menudo nombrecito) y el Cerro del Porro (en Iberpix el Cerro del Porro aparece como Peña Negra).
Dicho collado es la ventana que nos abre vistas hacia Picos y su entorno. Un paisaje del que ya no nos desprenderemos hasta que dejemos la cima de Peña Mora.
Es en ese collado cuando comienza el juego que tanto nos entusiasma; aristear cumbres. Y lo haremos por el Cerro del Porro, Peña Negra, Punta Este de Peña Mora y la propia Peña Mora.
Un grupo de cimas que nos permiten volar sobre decenas de valles, admirando sus cimas, sus bosques, para acabar volviendo siempre nuestra mirada hacia la arrogante Peña Ten, hacia el Tiatordos o hacia los majestuosos Picos.
Desde Peña Mora lo propio (por proximidad) sería acercarnos hasta la Ermita de Arcenorio, pero en esta época del año los días son cortos, y el sol cansado de mandar rayos, desciende con rapidez y el Camino de Arcenorio a Polvoredo resulta largo, muy largo.
Impresionante reportaje por una zona de inagotables sensaciones.
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