Pico Cerroso por el valle de Tejedo y descenso por el hayedo de Cebedo
Hayedo de Cebedo |
Cima del Pico Cerroso |
Hasta allá nos fuimos (a Argovejo) para una ascensión al Pico Cerroso entrando por el hayedo de las Barreticas y descendiendo por el hayedo de Cebedo.
Lo que no esperamos era encontrar los hayedos incendiados. Tanto que mientras descendíamos de la cima entre la niebla, una ventana hacia la Canal del Queso nos lanzó la visión de un hayedo que parecía consumirse bajo las llamas.
Las últimas lluvias y la buena temperatura ha propiciado una segunda primavera, que la niebla se encarga de potenciar.
Abandonamos Argovejo por el camino que corre hacia el valle de la Trapa, para dejarlo al poco y colarnos en el hayedo de las Barreticas.
Los hayedos han perdido hoja, pero aún conservan las suficientes como para dar color a este caleidoscopio que es el otoño.
Al valle de Tejedo le quita protagonismo la espesa niebla que oculta sus cimas y resta grandeza al entorno.
La cumbre de Pico Cerroso resulta inhóspita, por la niebla y por el fuerte viento que nos deja literalmente helados, lo que obliga a un descenso a la carrera en busca de una zona más amable, que encontramos cuando accedemos en la vertiente de la Canal del Queso, donde, por arte de magia, el viento cesa y donde el hayedo de Cebedo nos recibe con una explosión que color que obliga a cerrar nuestros iris para no dañar nuestro cerebro.
El hayedo de Cebedo es de por sí un bosque apagado, donde la estrechez de la Canal del Queso más la fronda de sus hayas apenas deja pasar la luz. Hoy lo es más, con la espesa capa de nubes que inunda la zona y que nos impide saber si es mediodía o final de la tarde hasta que salgamos del bosque.
Afortunadamente no es tan tarde cono para no poder parar en el bar de Argovejo a refrescarnos ante una cerveza.
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