Los Albos y Pico Rubio desde el Alto de la Farrapona
Ante los lagos de Calabazosa y Cerveriz |
Últimamente me da pereza acercarme al ordenador, pero la venzo y me siento delante de él, porque sé que hay que escribirlo, porque el pasado que no ha sido amasado con palabras, con el tiempo, deja de ser memoria.
Cada vez más primavera!!!, sin nieve y sintiendo la tierra helada bajo mis pies, sabiendo que dentro de unas horas el barro se pegará a la suela de la bota.
Alcanzo el Alto de la Farrapona con el coche donde queda en su amplio parking.
El camino a los lagos se va llenando de luz. El Lago de la Cueva será el primero de los Lagos de Salencia con el que me cruce, antes de afrontar las curvas que me sitúan ante el segundo (Laguna de la Almagrera o de La Mina) y ante el pastizal de altura donde se yerguen las cimas que pretendo subir: Los Albos.
Cruzo los pastizales, paso por un curioso refugio (en mal estado) y busco los altos, camino de la arista norte del Albo Occidental. Un camino que de inmediato me revela la cuenca glaciar (en uve), que desde la cubeta donde ahora se asienta el Lago del Valle, desalojaría los hielos formados en altura hacia cotas más bajas. Un paisaje espléndido y duro, donde mi vista comienza a buscar puntos de referencia para poder situarme.
Alcanzo la primera cima. Un balcón desde el que me asomo al Lago del Valle (que aún precisa por lo menos de otra buena nevada para llenar su cuenca) y hacia la totalidad de la Montaña Babiana y Somedana que con esta luz trasmiten quietud y dulzura (tal vez la misma que embobara (embabiara) a tantos monarcas).
Me descuelgo de la cima hacia el collado entrecimas, desde donde accedo a la cumbre del Pico Rubio, que sorprende por el color y aspereza de su roca (dolomía???) y desde donde se tiene una mejor vista del valle de Las Morteras (esa compleja meseta plagada de dolinas, similar a una inmensa huevera).
Un último repecho (más bien cuestón) para alcanzar la cima del Albo oriental, la cumbre que se levanta sobre otro de los lagos de Salencia que nos quedaba por ver: Lago Calabazosa (o Lago Negro).
El pescado está vendido. Solo resta buscar el camino de regreso, por el extremo oriental del Valle de Las Morteras, sorteando dolinas y pequeñas valladas hacia un balcón donde los lagos de Calabazosa y Cerveriz deciden juntarse para salir en la misma foto y donde aprovecho para buscar un rincón donde acomodar la espalda y disfrutar la dulce holgazanería que propician estas tierras.
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