Roap trip Ribeira Sacra & Ourense

 

17, 18 y 19 de noviembre de 2025

La tecnología ha ido cambiado nuestra vida de una mamera increíble. Un hecho que no percibimos hasta que en un momento decidimos parar y volver al recuerdo para darnos cuenta lo diferente que era nuestra vida en casi todos sus aspectos.

Nuestro hijo (y el resto del mundo) saca su móvil hace una foto (o 20) y la manda al otro extremo del mundo (este mundo redondo y no plano, en el que vivimos) en apenas dos segundos, mientras que hace unos años, con la fotografía analógica, sacar una foto era una aventura dependiente de que el carrete (de fotos o diapositivas) estuviera en buen estado, de que acertaras en la elección de los parámetros (ISO, diafragma, velocidad) de que enfocaras correctamente (sí!!!, había que enfocar manualmente cada foto), de que sacaras correctamente en carrete sin velarlo, de que no lo perdieras y por último; de que la óptica no te perdiera el carrete o lo revelara correctamente.

Ni que decir tiene el peligro durante el envío, de que la dentro acabara en cualquier saca perdida, o en una dirección equivocada.

- Y qué me dices del coste?

Cada foto (o diapositiva en nuestro caso) había que pensarla, nunca disparar a lo tonto.

En aquel trekking por los Annapurnas, donde se nos reveló un paisaje extraordinario, con unas cimas que nunca habíamos imaginado conocer (Annapurna y Dhaulagiri) cuántas fotos hicimos? 

15 carretes de 36 fotos, lo que hacía un total de 540 diapos.

540 fotos en tres semanas.

Hoy gracias a una nueva tecnología volvemos de un pequeño road trip de tres días con la friolera de 1303 fotos (alguna de ellas aterrizando a más de 1000 kilómetros a medio viaje).

Podíamos hablar de aquellas carreteras estrechas y llenas de baches, de lo complejo que era encontrar el alojamiento, o un lugar dónde comer..... pero eso es tema para otro día.

Hoy de lo que se trata es de organizar algunas de las fotos recogidas por la Ribeira Sacra y por Ourense (que en otro tiempo fue Orense), en un intento de dejar ordenados los recuerdos que cada día es más difícil conservar en nuestra memoria analógica (podría haber sido más comedido a la hora de poner fotos, pero es que es tan difícil desechar).

17 de noviembre de 2025

Xeomirador As Fontes

Temblando durante el trayecto, después de que la niebla nos envolviera en el puerto del Manzanal y que continuáramos bajo ella hasta Casto Calderas.

En el primer mirador el río Sil se presumía abajo, encajonado entre paredes, pero allí, con la niebla no se veía nada.

Xeomirador As Fontes
Donde podemos, según el cartel informativo, ver el Sinclinal del Sil, un proceso que se produjo entre 324 y 305 millones de años atrás.
Pero hoy no era el mejor día.

Castro Caldelas
Una villa emplazada estratégicamente sobre un pequeño monte, en cuya cúspide se encuentra una fortaleza medieval, que toma su apellido del río que baña la parte occidental del municipio.

Se cree que estas tierras ya estaban habitadas hace 4500 años (por los restos de algunas necrópolis). También se encontraron testimonios del paso de los hombre de la Edad del Bronce, la del Hierro, los romanos, los suevos y los visigodos.

Hoy Casto Caldelas destaca por ser desde el año 2018 uno de Los Pueblos Más Bonitos de España.

Algo había levantado la niebla, pero no lo suficiente para que viéramos su iglesia al otro lado de la carretera.
Una villa muy cuidada.

En la plaza que da acceso a la entrada del castillo.


Patio de armas.
Castillo de Castro Caldelas o castillo de los Condes de Lemos.
Es la fortaleza medieval más importante de la Ribeira Sacra.
Por su posición un estupendo mirador de Castro Caldelas (pero de momento no se veía nada).

Subiendo a lo alto de la torre.


Desde distintas torres.
El patio desde las alturas.
Por el exterior del castillo.

Abusando del gran angular.
Dentro del selecto grupo de Los Pueblos Más Bonitos de España.
Recientemente hemos pasado por Bárcena Mayor, otro de los miembros de este selecto grupo (ver report).
La niebla se va despejando y una sonrisa se dibuja en nuestras caras.


No sabemos si es por formar parte de Los Pueblos Más Bonitos de España, pero el pueblo se nos muestra con sus calles impecables.
La piedra (granito) esta en todas las partes.
Escultura de Vicente Risco, intelectual ourensano.


Iglesia de Ntra. Sra. De los Remedios.
Frente a la plaza principal. Construida en el siglo XIV, la fachada esta acompañada por dos torres gemelas. Se encuentra en un espacio ajardinado y rodeado de un muro de piedra, donde hay un Cruceiro.
Interior.
Castro Caldelas, con su castillo que no pudimos ver a la llegada.


Estamos en la Ribeira Sacra, un espacio que en estas fechas brilla por su color.


Miradoiro da Galeana
Circulamos paralelos al Sil, a su izquierda, por una carretera estrecha que no cesa de retorcerse a izquierda y derecha.

Y los miradores que se van sucediendo (y de los cuales elegiremos los que creemos más espectaculares).

Miradoiro da Galeana.
Panorámica.
Con algo de zoom.
No es un mirador al uso, pero si un buen lugar para parar y hacer una foto de las viñas con el Sil.


Ruta de la pasarelas del Río Mao

Una excentricidad (la construcción de la pasarela) que da lugar a una ruta impresionante.

Una pasarela volada, sobre el último tramo del cañón del río Mao en su desembocadura al Sil.

Una ruta más larga que nosotros reducimos al recorrido de la pasarela (ida y vuelta).

Espectacular!!!!


El inicio de las pasarelas detrás de una antigua fábrica de luz hoy reconvertida en albergue.
La frondosidad nos dice que estamos en Galicia.
La pasarela en todo momento soportada tipo palafito.
Es tal la vegetación que en pocos puntos se puede llegar a ver el río Mao.

Al fondo un mirador.
Al fondo izquierda, en un pequeño claro, corre el río Mao.
Mucho mantenimiento precisa esta pasarela.
Desde el mirador de la pasarela.
Río Mao, la pasarela desciende hasta el río.
Un pequeño tramo por camino para alcanzar la desembocadura al Sil.
Aguas embalsadas, el Mao ya es Sil.
Un buen punto para adentrarse con el kayak.
Cañón del Mao.
La Vuelta, 1,3 kilómetros de pasarela.


Una nueva parada para disfrutar de los colores otoñales de las viñas de la Ribeira Sacra.




Necrópolis de San Victor de Barxacova
Continuamos próximos al valle del río Mao (se podría hacer una ruta circular uniendo las pasarelas del Mao y la necrópolis), en la parroquia de San Lorenzo de Barjacoba.

La necrópolis es un conjunto arqueológico formado por los restos de una capilla medieval (que no vimos) y una necrópolis con tumbas antropomorfas excavada en piedra.

Pero aparte del conjunto arqueológico, el recorrido da pie a adentrarnos en un paraje impresionante, con soberbias vistas al Cañón del Mao que en estas fechas luce tintes otoñales.


Vistas del Sil desde San Lourenzo.
San Lourenzo, otro pueblo cuyas casas se agarran con fuerza a la ladera en un intento de no caer.


El camino armado en muchos puntos.
El lugar donde en otro tiempo estaba la capilla.
El punto donde el Mao se funde con el Sil (donde hemos estado hace un rato).



Necrópolis de San Victor de Barxacova.
La necrópolis empezó a ser estudiada y excavada en serio a partir del año 2010.

En la excavación de las tumbas se encontraron restos óseos que fueron analizados (técnica del carbono 14) resultando una datación que los llevó a los siglos X y XI.
En la atalaya, donde se tiene una buena visión del conjunto. 
Y del Cañón del río Mao.


Muchas de las tumbas contaban con grandes losas que servían para taparlas (de de más a la izquierda).
Un arcaico horno para fundir campanas.
De vuelta, que aún queda mucho por ver.
San Lourenzo.


San Lourenzo.


Miradores
Comienza una peregrinación por los miradores que decidimos más interesantes.



Un rincón, junto a una ermita, donde nos comemos el bocata.

Mirador A Mirada Máxica
Dentro de las instalaciones de un camping (cerrado) y junto a un soto de castaños, encontramos este espectacular mirador.



Mirador A Mirada Máxica.
Impresionante.
Peligro, no más de 3 personas, ni saltar, ni menear la pasarela.
Dos días más tarde pasaremos nosotros en ese barquito.

No es un mirador propiamente, es durante el descenso hacia el Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil.

Otra parada.

Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil
Un lugar de lo más apropiado para buscar el aislamiento y la soledad.

Parece que ya existió un monasterio en la época visigoda que fue abandonado al dispersarse su comunidad para llevar una vida eremítica.

Será el ermitaño Franquilia el que reúna a los ermitaños dispersos y funde el Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil.

Rodeado de castaños este monasterio levantado entre los siglos X y XII, ha tenido múltiples restauraciones para llegar al momento actual. 


Toda rodeada de vegetación resulta difícil su visión.

Iglesia es plenamente románica, de planta basilical, tres naves y tres ábsides.
Tiene una torre, algo inusual en las iglesias gallegas de esa época. 
Portada con tres arquivoltas semicirculares que apean sobre capiteles en su mayoría vegetales y tres parejas de columnas. El tímpano completamente liso.
En lo alto un bonito rosetón.
Entrada al claustro, a través de una preciosa portada románica profusamente adornada.
Claustro, llamado de los Obispos (por haber sido enterrados en él nueve obispos).

El ábside central más bajo que la nave principal, lo que da espacio para colocar una ventana (una característica del románico gallego).
Los lunes la iglesia no abre.
Afortunadamente el capital de las arpías se encuentra en el claustro, en la zona de acceso libre.
No son realmente arpías, son hombres pájaros entrelazados por sus propias colas.
Según mi guía (algo esotérica) la cola enrollada en su propio cuello parece sugerir un último impedimento del hombre para liberar su espíritu y dejarlo volar.
 
Mirador de Cabezoás
Al lado mismo de la carretera.

A esta altura ya no impresiona.



Mirador de Vilouxe
Con toda seguridad, el mejor mirador de la Ribeira Sacra.

El que toda la gente con la que nos topamos nos comenta: "Es el que no tiene barandilla".

Es preciso dejar el coche en la aldea anterior, Cimadevilla y bajar hasta la aldea de Vilouxe y de allí al mirador.


Aparcamos frente la capilla de la aldea de Cimadevilla.
Hórreo.
Mirador de Vilouxe.
Sin ningún tipo de protección, necesitando acercarte lo más posible para que el gran angular pueda recoger el gran meando que Sil ha labrado con el paso de los años.
Cuando te acercas a un precipicio no tienes miedo a tropezar y caer (el cuerpo es muy sabio y agudiza todas las extremidades), lo que tienes miedo es a no poder refrenar el impulso a lanzarte al vacío. 

Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil
A la carrera, el sol ya se ha ido a descansar y aún tenemos pendiente la visita al Monasterio de Santo Estevo.

Poco o nada resta del primigenio monasterio levantado en este lugar allá por el siglo VI.

Hoy el monasterio es un Parador Nacional que permite el acceso a sus tres maravillosos claustros, cada uno de un estilo diferente.

Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil.

El Claustro de los Obispos, el más antiguo de los tres.

De planta cuadrada, muestra dos momentos constructivos, la parte inferior, la más antigua, construida en el siglo XIII, mientras que el primer piso es de la primera mitad del siglo XVI.
Claustro de los Obispos.
Claustro Pequeño, también conocido como Claustro Do Viveiro se construyó en el siglo XVI.
El Claustro Grande, también conocido como Claustro de la Portería o de los Cabaleiros. 
Se trata de una obra realizada entre los siglos XVI y XVII 

Ourense
Ya de noche, cansados, muertos de hambre llegamos a la gran desconocida de las capitales gallegas.

Los romanos se fijarían en ella atraídos por sus aguas termales y con el tiempo la ciudad ganó en prestancia llegando hasta nuestros días como una ciudad con encanto, llena de vida, con un casco histórico repleto de callejuelas y plazoletas, donde el gris del granito se mezcla con el verde del musgo confiriéndole un aire de ciudad mágica.

Si esto fuera poco, Ourense se guarda un as en la manga; el Miño, el río que cruza la ciudad y que ha obligado a sus vecinos a levantar la friolera de ocho puentes, entre los que encontramos el Ponte Vella, el primer puente que unió las dos orillas, o el Ponte do Milenio (uno de los puentes más increíbles del país).

Estamos cansados y hambrientos, pero sacamos el último resquicio de fuerzas para acercarnos hasta el Ponte do Milenio para verlo iluminado.
No es precisamente fácil llegar hasta el puente entre carreteras que se cruzan y muchos peldaños (creo recordar que 84) para acceder a su parte alta.


18 de noviembre de 2025

Ourense
Un buen desayuno y a la calle

Jardines del Padre Feijóo
No es que sean especiales, pero se encuentran en nuestro camino.

En el centro del jardín se encuentra la primera escultura (Padre Jerónimo Feijóo) que se colocó en la ciudad.

En uno de los extremos del jardín existe otra escultura que llama más nuestra atención; un fauno cabalga a lomos de un búho mientras toca una flauta.

Jardines del Padre Feijóo.

En otro extremo el Centro Cultural Marcos Valcárcel, que estos días alberga una exposición de cuadros del pintor Vidal Souto (que más tarde veremos).
Escultura de un fauno sobre un búho mientras toca la flauta o un caramillo.
Un fauno es un dios vinculado al mundo rural.

Iglesia de Santa Eufemia
Ya en el centro, incrustada entre dos edificios, aparece la imponente iglesia de Santa Eufemia, el segundo templo más grande de Ourense después de la Catedral.

Del siglo XVII-XVIII su fachada es el ejemplo de barroco gallego.

Iglesia de Santa Eufemia.
Será preciso acercarnos a su fachada para darnos cuentas la peculiar forma cóncava de esta.
Probablemente realizada así para poder mostrar su grandeza a pesar de situarse en una calle estrecha y entre dos edificios.
Realizada en granito gallego.
Dos pares de gigantescas columnas, con capiteles jónicos y una hornacina con la imagen de Santa Eufemia.
Interior y retablo.

Catedral de San Martiño de Ourense
Por calles estrechas hacia la Catedral.

La Catedral de San Martiño es el edificio más importante de la ciudad de Ourense.

Construido entre los siglos XII y XIII (con muchas modificaciones y ampliaciones) es un edificio espectacular que se deja ver poco al encontrarse encorsetado entre edificios y estrechas calles.

De una manera muy simple podemos decir que el proyecto original sería una monumental iglesia de tres naves, con un transepto muy largo, con cabecera de tres ábsides semicircular (el central de mayor tamaño y altura).
Tres portadas, dos en los extremos del transepto y otra en en el lado occidental (Pórtico del Paraíso)

El crucero original no tendría linterna o cimborrio.

Dos torres: la de San Martín y la de las Campanas.



Puerta septentrional.
Algo trasformada en el siglo XV.
Tres arquivoltas muy decoradas (en las que se ve la influencia del Maestro Mateo) apean sobre tres pares de columnas (siendo dos de ellas estatuas-columnas).



Volvemos a encontrar arpías (o hombres pájaros) cuyas colar se enroscan en sus cuellos.


Cabecera.
Es preciso recurrir al gran angular (que más que fotografiar, pinta) para recoger la totalidad de la cabecera.
Destacando el cimborrio.
El ábside de menor altura que la nave principal facilita la colocación de una ventana (una caracteristica del románico gallego).

Catedral interior

Pórtico del Paraíso




























































































Puentes


























Exposición de cuadros de Vidal Souto

Nos llamó la atención el cartel que colgaba en la fachada del Centro Cultural Marcos Valcárcel sobre una exposición de Vidal Souto.

De tarde, cuando la luz de la tarde se apaga nos acercamos a verla.

Todo un acierto.












19 de noviembre de 2025

Os Peares

Última jornada de este pequeño road trip.

Volvemos a la Ribera Sacra, en búsqueda del lugar donde el Sil muere para convertirse en Miño (interesante para nosotros que tantas veces hemos caminado por las Fuentes de Sil, allá por los Puertos del Cuetalbo, en nuestra querida Babia).

Encontramos esa fusión en Os Peares, una pequeña aldea cuyas casas se agarran a la ladera, en un intento de no caerse al fondo del cañón donde se unen sus tres ríos; el Miño (el principal, el que lleva la fama), el Sil (el que lleva el agua) y el Búbal (el desconocido y el que forma un pequeño salto de agua en medio del pueblo).

Otra particularidad de Os Peares está formada por tres lugares y una aldea que están distribuidos en dos provincias (Ourense y Lugo) y cuatro municipios.

Y por último, otra curiosidad es que Os Peares es el lugar de nacimiento de Alberto Nuñez Feijoo.

La primera impresión es que Os Peares aparece como un conjunto caótico, desordenado al igual que el urbanismo de todos los pueblos gallegos (casas apelotonadas y puentes que se cruzan y los ríos que no sabemos bien por donde van y de dónde vienen).
El Miño viene por la izquierda el Sil por la derecha.
El puente nuevo.
Un  puente estrecho (pasan dos coches muy justos) que cruza el Miño y nos coloca en Os Peares. Con anterioridad a la construcción de este puente, los vecinos de Os Peares para cruzar de una orilla del Miño a la otra tenía que dar un gran rodeo y hacerlo por la carretera que cruza sobre la presa del embalse de Os Peares..
Mirador de Os Peares.
El Sil corre debajo del gran acueducto por donde pasa el AVE.
El puente ferroviario de Os Peares.
El puente más emblemático. Antes era negro, pero en el 2004 lo pintaron de azul.
El pequeño salto de agua del río Búbal.
Presa del embalse de Os Peares.
Puente sobre el Sil, el que nos coloca en la ribera del Sil.
Es desde esta orilla desde donde se ve bien la unión del Miño y el Sil.

Cañón del Sil

Entramos en el Cañón del Sil


Presa del embalse de Santo Estevo (la última presa del Sil).

Crucero fluvial del Sil

El viernes admiramos los cañones del Sil desde las altura, el crucero fluvial por el Sil nos permite conocernos desde el nivel del agua.

Un recorrido desde el embarcadero de Santo Estevo


El principal interés de este crucero es de ser un recorrido por el profundo Cañón del Sil.
Y de conocer la llamada viticultura heroica.


El recorrido en barco nos trae a la mente el que hicimos por los Arribes (río Duero) desde Mirando do Douro (ver reportaje).


Por esos altos pasamos hace un par de días, cuando recorríamos los miradores.


Viticultura heroica.
La que realizaban las gentes del lugar, domesticando las laderas (a base de bancales) para poder plantar sus viñas y sacando las uvas a hombros, remontando la pendiente.
Mucho tenían que apreciar el sabor del vino.
Hoy las uvas se bajan hasta la orilla con un sistema de cables y poleas y se trasportan en barca hasta las proximidades de la presa donde ya acceden los camiones.
Alguno de estos viñedos vende su producción a 120 euros por botella.




Viticultura heroica.

Ya de vuelta.





Las de Cruz



























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